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dark_hunter escribió:Puff, puede ser larguísimo:
- Paro
- Subida de la presión fiscal
- Rescate de bancos a fondo perdido
- Recorte del 30% en I+D+i
- Untamiento de sindicatos
- Subidas de todo pero sobretodo luz, agua, basura... (esto ya no se si será culpa del gobierno, pero es que han subido una barbaridad)
- Recorte de libertades en internet y SGAE
- La educación
- Falta de dinero en la sanidad pública (ellos dicen que es la más sólida de europa pero se han fundido ya un 40%)
- Ministerio de desigualdad y de incultura
- Recorte de prejubilaciones salvo los casos en los que es necesario
- Que todos coticen por igual
- Persecución de la corrupción...
- Que pongan a alguien competente como ministro de economía
- Que se cumpla realmente la nueva ley antitabaco y poner medios para ello
- Revisión de la ley de dependencia. Ha sido un todo por el pueblo pero sin el pueblo, no la quieren ni los afectados. Además no hay dinero.
Pero vamos, me estoy dejando muchísimas cosas.
Skalextric escribió:Trog si se puede, cambio la quinta mía por la segunda tuya
Creo que esa es imprescindible, si fuera así el sueldo estaría semijustificado y sabrían de que hablarían.
Trog escribió:EDITO: La transparencia financiera del Estado se presupone como una petición global, ¿no?
litio5000 escribió:1º Total y radical separación de poderes (ejecutivo,judicial y legislativo):Con creación de mecanismos de colaboración igualmente independientes.
2ªNacionalización de la banca(El desorbitado beneficio de la banca,redundaría para el país),eso si,con una utilidad social,abaratando hipotecas,comisiones....Ejemplo: Gallardón y Aguirre eligen al presidente de Caja Madrid(alguien de confianza),luego estos (los políticos) piden créditos a Caja Madrid que pagan los ciudadanos al interés que ponen las cajas.![]()
3ªCambió total de sistema penal,entre otros endureciendo sustancial de cualquier delito cometido desde un cargo publico político.(para que se les quiten las ganas)
4ºCompromiso de cumplimiento:que el presidente de turno firme un compromiso de cumplimiento para lo que prometen en campaña y facilitar al pueblo herramientas democráticas para bajarles del trono en caso de incumplimiento y que incluso se pene con cárcel
5º Derogación de la ley D´hontd y creación de un sistema electoral justo y representativo.Y que no fomente el bipartidismo.
Ya no sigo que son cinco.Trog escribió:EDITO: La transparencia financiera del Estado se presupone como una petición global, ¿no?
Por supuesto.
Darkoo escribió:¿pero de verdad creéis que escribiendo un manifiesto y mandándolo a los medios de comunicación de los partidos vais a conseguir algo? Quiero decir, los periódicos viven gracias a los partidos políticos y su imparcialidad es nula. ¿creéis que por un manifiesto que hagáis vais a conseguir algo?
Skalextric escribió:Darkoo escribió:¿pero de verdad creéis que escribiendo un manifiesto y mandándolo a los medios de comunicación de los partidos vais a conseguir algo? Quiero decir, los periódicos viven gracias a los partidos políticos y su imparcialidad es nula. ¿creéis que por un manifiesto que hagáis vais a conseguir algo?
Por algún sitio habrá que empezar, ¿no? ¿Tu solución es esperar que caiga maná del cielo?
Darkoo escribió:Skalextric escribió:Darkoo escribió:¿pero de verdad creéis que escribiendo un manifiesto y mandándolo a los medios de comunicación de los partidos vais a conseguir algo? Quiero decir, los periódicos viven gracias a los partidos políticos y su imparcialidad es nula. ¿creéis que por un manifiesto que hagáis vais a conseguir algo?
Por algún sitio habrá que empezar, ¿no? ¿Tu solución es esperar que caiga maná del cielo?
Mi solución es darles donde más les duele, en su cartera y su poder. ¿cómo se consigue eso? En las urnas. Para ello hay que crear o unirse a un partido que busque ese cambio y luchar por Internet para que esos partidos se consideren una alternativa y no una pérdida del voto.
Mandar un manifiesto a los medios de comunicación de los partidos con la esperanza que se tiren piedras contra su propio tejado lo considero inútil (sin ánimo de ofender)
Trog escribió:Lo de las urnas es cada cuatro años. Además hay diarios gratuitos que tampoco tienen muchos favores que devolver a ningún partido. Lo importante es que la gente se haga eco, y por intentarlo que no quede.
Darkoo escribió:Skalextric escribió:Darkoo escribió:¿pero de verdad creéis que escribiendo un manifiesto y mandándolo a los medios de comunicación de los partidos vais a conseguir algo? Quiero decir, los periódicos viven gracias a los partidos políticos y su imparcialidad es nula. ¿creéis que por un manifiesto que hagáis vais a conseguir algo?
Por algún sitio habrá que empezar, ¿no? ¿Tu solución es esperar que caiga maná del cielo?
Mi solución es darles donde más les duele, en su cartera y su poder. ¿cómo se consigue eso? En las urnas. Para ello hay que crear o unirse a un partido que busque ese cambio y luchar por Internet para que esos partidos se consideren una alternativa y no una pérdida del voto.
Mandar un manifiesto a los medios de comunicación de los partidos con la esperanza que se tiren piedras contra su propio tejado lo considero inútil (sin ánimo de ofender)
La brevedad es obligatoria. La urgencia máxima. No puedo (podemos) extenderme. La situación no tiene aspecto de mejora y por mucho que esperemos el coma no va a remitir. No hay milagros en estos campos, no hay magia. Sin esfuerzo no puede haber recompensa, sin sacrificio el esfuerzo es un subterfugio vil y banal. Falso.
Imagino, si se ha llegado a este punto, que muchos podrían preguntarse a qué viene tal previsión de mal agüero. Es curiosa la respuesta: el otro día iba en bus urbano y escuché algo curioso, básico y fundamental, que han olvidado quienes por ética no deberían que sí hacen por interés. La soberanía nacional reside, de manera inequívoca, en el pueblo.
España, pues, debe ser regida por los intereses, consensuados, de la mayoría de la población.
Pero eso no ocurre. No ocurre, en gran parte, por la apatía de una parte del pueblo y por el fanatismo de la otra. Por una gran dosis de opio basado en la incultura televisiva y grandes formas de chapuza periodística. Estamos bañados en los fondos de una porqueriza, y no tenemos ganas ni de sacudirnos la suciedad mientras haya fútbol, en unos casos, o morbo pseudoperiodístico (rancio y cutre) en otros.
La introducción acaba aquí, refiriendo las deficiencias de un pueblo empeñado en la comidad del sofá y la cervecita. En la incompetencia de una población que se sabe violada, a diario, por un gobierno incompetente. Y es ahí, sobre todo, adonde van dirigidas estas líneas. No solo yo pienso en esto, por lo cual es lógico que sienta mi fuerza alimentada. Somos muchos, y hoy queremos hablar aunque sea bajo una sola voz.
Es evidente que no hay una luz al final de este oscuro túnel. Túnel al que, en parte, se nos metió bajo la amenaza de un gobierno fascista promovido por una oposición a la que se acusaba de sus terribles errores. Confiamos. Caímos.
El pueblo debe elevarse, erigirse sobre los fundamentos de sus derechos elementales y decir que esto no es lo que quiere. Que la mayoría, al menos, reniega de todo esto porque la mayoría está excluida de esa élite de elegidos, por un nepotismo desmesurado e irresponsable, sobre quienes recae el devenir de este pueblo. De nosotros.
Hablamos del futuro, pero también del presente. España está viéndose sumida, a cada día que pasa, en un pozo de impotencia. Sus ojos son la mirada etilizada del beodo constante, del alcohólico tembloroso que no acierta a dar un paso sin apoyo y que, a pesar de ello, tambalea. España se ve sin fe porque sus dirigentes ya la han prostituido hasta lo indecible, saqueando sus arcas, y porque su pueblo permanece en el sueño del imbécil.
¿Por qué no hablamos? ¿Por qué no se alza la voz para decir basta? Basta de atropellos. Basta de hacer una política de topo (asomar la cabeza a ver qué pasa y si el pronóstico es negativo, recular a bajo tierra de nuevo, a pensar en el próximo movimiento en las sombras, y a ver qué pasa), basta de elegir altos cargos a dedo, basta de sueldos millonarios y pensiones perennes a cambio de cuatro, o siete, años de cuestionable trabajo.
Basta de que personas (que hasta comienzo a dudar que lo sean) con tal responsabilidad y compromiso jurado ante la Constitución decidan escurrir el bulto en pro de sus intereses personales.
No es de recibo. No lo es el hecho de que cualquier persona, hombre o mujer, de veintitrés a treinta años deba cumplir unos requisitos laborales de tres a cinco años de experiencia así como una ristra de títulos para poder optar a un trabajo de mil euros mensuales. Aún lo es menos cuando estos que se dice son nuestra voz y nuestras manos reciben salarios millonarios sin cumplir requisito alguno. Ni siquiera se les exige el bachillerato. Pero luego tienen la desfachatez de criticar a una juventud asfixiada de ponzoña, rechazo, y cancelación de oportunidades cuando el fracaso escolar es atronador.
Pero, dígannos, ¿dónde están las inversiones a la educación pública? No hay más que trabas, no hay más que una desviación de fondos hacia otras costas más soleadas y, poco a poco, la educación pública comienza a convertirse en una jungla donde impera la ley del más fuerte y, casual y tristemente, los más fuertes casi nunca son los profesores.
La solución no es convertirlos en policías, la solución es que se vean respaldados por el Estado. Que el Estado vele por el interés del pueblo, que a fin de cuentas es el suyo propio, e investigue lo que de verdad requiere de estudio. Sin embargo esto no termina aquí, apenas empieza y no creo que pueda alcanzar el desahogo. Continuamos.
Continuamos diciendo que exigimos, por el bien de todos, que la política deje de ser un negocio de alto índice lucrativo para convertirse en un trabajo. Un trabajo con su horario, con su regulación, con unas normas de obligado cumplimiento. Sin dietas que superan, con mucho, los sueldos medios de mucho más de la media de trabajadores (aún quedan algunos) de España.
Asimismo es conveniente, en consonancia con la protección del pueblo soberano y trabajador, que los sindicatos sean disueltos desde su primerísima instancia. El sindicato, cualquiera de ellos, se ha convertido en un negocio filial de la propia política, también altamente lucrativo, que funciona a base de la inyección financiera que se caracteriza por su opacidad.
Hemos llegado a un punto en el que las ideas no cuentan. En el que el valor de cada cual se mide por la brevedad de la vida y la intensidad del pelotazo que se alcance a dar.
Ya no se invierte en un progreso. ¿Dónde están los fondos para destinarlos a I+D+I? ¿Deberá España resurgir, desde lo más hondo de la vergÚenza, a través del ladrillo para dar, de nuevo, con el ladrillo? ¿Acaso aspira este gobierno a vivir de Benidorm, la Costa Brava y Port Aventura? ¿Continuaremos con el carbón y seguiremos con esta industria desfasada, decrépita (como ciertos miembros del gobierno), hasta que el propio progreso nos masacre en una ofensiva de autoinvolución?
Energías renovables, cambio climático, industria limpia... Hermosas promesas de campaña electoral que nunca se cumplen. ¿Tanto costaría hacer un juramento de cumplimiento de esas promesas electorales con el pueblo soberano como testigo? No entiendo cómo hemos podido acostumbrarnos a este abuso, a que nos mientan, a que nos roben, a que nos denigren desde sus tronos de piel y muebles del Renacimiento.
Su comportamiento solo me lleva en una dirección: nos están convenciendo de que ellos valen más que nosotros. Este gobierno en particular es lo más ideológicamente hipócrita que hemos podido encontrarnos en mucho tiempo. Soy joven, tal vez la Historia tuviese sorpresas reservadas para mí, pero no estamos hablando del pasado, por mucho que nuestro vergonzoso, y desvergonzado, Presidente se empeñe en invocar a la Memoria Histórica. Un sucio eufemismo para "rencor actual con el que dividir la población, enemistar bandos, y recaudar votos". Evidentemente la equivalencia significativa es demasiado larga, y demasiado sincera.
¿Cómo hemos llegado a este punto? A mis ojos es muy fácil... El pueblo, en realidad, no elige a su representante. Simplemente elige a un partido que "supuestamente" promueve unas ideas, unos planes de actuación, con los que cada individuo se siente más o menos identificado. Y a partir de ahí, el partido se gestiona a sí mismo. Nadie sabe qué entradas y salidas tienen lugar, ni qué ocurre o deja de ocurrir en esa caja negra que es la política en general y la española en particular.
No es extraño que nos consideren los reyes de la tómbola. Aunque sí triste. Al menos para mí lo es.
Ignoro la razón de por qué se consiente un bipartidismo tan incompetente como radical, con unos líderes de carisma innegablemente ausente, sin ideas ni soluciones. Sin más planes que la riña de patio de recreo. No están constituidos por gente (mucho menos por gente culta, instruida, o con credenciales en el campo al que se dedican) sino por una nueva forma de vampiros. Mortales, sí, pero de mucho mayor potencial succionador. Lo quieren todo para ellos, y lo demás les da igual.
Además el canibalismo de partido, por llamarlo de algún modo, en realidad no les supone problema alguno. El amigo de ayer puede ser, fácil, el enemigo odiado de hoy. Como en 1984, de Orwell.
No hay alternativas que de verdad pueda desear el pueblo para recuperar su identidad, su potencia, su combustible necesario para poder econtrarse a sí mismo, para emprender, para innovar. Estamos constreñidos por los tentáculos de suprema fuerza que una nueva clase social (la política) agita amenazadoramente sobre cualquiera que proteste. No lo acusan de nada, claro, simplemente lo ignoran.
Pero esto no es extraño cuando al momento de máxima manifestación, la incursión a la urna, se observa que no va bien el sistema desde el puro principio. Porque el voto no vale igual según desde dónde sea emitido. Eso supone que no todos somos iguales y, por ende, una democracia no puede funcionar si hay distinciones entre los miembros del pueblo.
Así que aquí estamos. Sin inversiones en investigación para hacer de España un país energéticamente puntero; sin inversiones en educación pública para garantizar una calidad en la enseñanza que ahora no es óptima dado que muchos profesores son policías de las aulas. Con una Universidad pública desahuciada, con temarios límbicos de nula aplicación para el mercado laboral. Una Universidad bloqueada, sin salidas; sin inversiones en empleo ni ideas que potencien otras formas de economía activa.
Así estamos, con cuatro millones de parados, sin ideas de nada. Incluso casi sin ganas. Solo quedan algunos destellos de claridad mental, de algún loco que no comprende, pero enseguida son despreciados, apagados, abrumados cruel y vilmente bajo el miedo a manifestar las ideas de cada uno porque, claro, vuelve a estar en boga la acusación de fascista.
La crispación es máxima. Como la habilidad de este gobierno para seccionar y dividir.
Me dejo muchas cosas en el tintero, tantas eran las voces que apoyaron con sus ideas, pero deseo que sea suficiente. Y lo será si, por una vez en muchos años, la gente se olvida del mando de la televisión, y utiliza internet y el teléfono para lo que más sirve: para convocar y comunicar.
No importa que en la calle haga frío, las calentaremos con nuestra voz, con una honesta petición dirigida a recuperar lo que alguna vez fuimos, un país en funcionamiento. Pero no podemos quedarnos ahí. Deberemos indicar que queremos más, que queremos ser mejores... Y para ello es necesario sustituir a este gobierno de sueldos millonarios y a esta oposición inútil y aterida, totalmente falta de utilidad y sobradamente cargada de populismo.
Exigir todo esto es dos cosas a la vez: nuestra obligación y nuestro derecho.