Soy de esas personas que piensan que nadie tiene por qué saber de mis problemas y el hablar de ellos me cuesta, bastante, pero necesito hacer una excepción hoy y perdonadme.
Yo siempre fui una buena estudiante, de esas que no conocen un notable y un nueve cómo calificación suponía lo más patético, horrible y depresivo.
Cuando llegué a 3º de ESO me dediqué a hacer nada, sí, así de simple, aunque en ciertas asignaturas me esforzaba (geografía, física, biología...), las demás simplemente me resbalaban y me dedicaba a escribir sermones sobre lo poco que me gustaba el mundo y toda esa parafernalia que siempre me ha molestado tanto. Mis notas no eran tan malas, lucía algún sobresaliente y algún notable, pero me hicieron repetir. Fue un verano totalmente depresivo en el que no paraba de escuchar de boca de mi familia que cómo siendo tan inteligente podía haber repetido, que no iba a ser nada en la vida... y demás cosas que a uno acaban por hundirle. Lo pasé tan mal que me propuse sacar las mejores notas y lo hice, que tampoco es que el curso fuera muy difícil, pero nadie saca un sobresaliente si no estudia, eso creo yo que queda bastante claro. Me suspendieron plástica, pero bueno, lo demás impecable y el verano fue increíble, el mejor de mi vida hasta ahora y conocí a alguien especial.
Empecé el curso, el primer mes de 4º de ESO muy bien, con mucha fuerza, después empecé a aflojar un poco.
Por eso del mes de noviembre me di cuenta de que estaba enamorada del chico que había conocido en verano (manteníamos contacto por messenger) y quería estudiar para sacar buenas notas y tener más facilidad para ir a verlo en Navidades y aunque fui a verlo, no estudié una mierda cómo quien dice y las notas evidentemente fueron de lo peor en toda mi historia cómo estudiante.
Pero aún quedaba curso por delante y podía remontar perfectamente, pero empecé a recibir mucha presión por todas partes, profesores, compañeros, amigos, familia, que ya había repetido una vez (todo el mundo me lo echará en cara el resto de mi vida), que tal y pascualo... y con mi familia además las cosas no iban precisamente bien, discutíamos todas las semanas por no decir todos los días y yo vivía en tensión constantemente y me afectaba, por no decir la ansiedad de no poder estar junto a quien yo quería (porque vivimos a más de 1000 km).
Me sentaba a estudiar y no conseguía concentrarme, tenía insomnio, me pasaba el día durmiendo, sin hacer nada, dejé de ir al instituto y empecé a perder la motivación por todo, evitaba a la gente, no quería salir a la calle ni ver a mis amigos, no me apetecía comer y cuando comía lo hacía por ansiedad y un día que decidí ir al instituto me llamaron la atención y no tuve más remedio que contar lo que me pasaba y los profesores decidieron apoyarme, pero yo me sentía muy mal y ya no quería saber nada del mundo, pero tampoco quería echarlo todos los años de estudio por la borda así que intenté informarme sobre los ciclos formativos de grado medio porque después de terminarlos podía optar por bachillerato, que era lo que yo quería hacer, pero mi madre me dijo algo así cómo “me parece que tú lo que tienes es ganas de seguir vagueando, yo no te voy a firmar nada” , y claro, la ilusión que tenía de que no estaba todo perdido mi madre acabó por deshacerla. Otro palo más y así no había quien levantara cabeza.
En mi casa el que yo tuviera depresión era un chiste, “¿es que se te ha muerto el perro? ¿con 16 años cómo vas a tener depresión? anda, anda, lo que tienes es tontería”, pero claro, la tontería se va en unos días y pasaban los días, las semanas, los meses y la situación no cambiaba, así que no les quedó más que aceptar que evidentemente tenía depresión.
Empecé a ir al psicólogo, pero era una pasta y me dolía que mis padres tuvieran que pagar todas las semanas a una tipa que te cobra por lo menos un euro el minuto, cómo creía estar mejor dejé de ir.
Mis amigos le decían a mi madre que era estúpido ir a un psicólogo cuando uno tiene amigos y que ellos estaban ahí para todo, pero sólo se limitaban a mirar los problemas desde su punto de vista y todo lo que yo hacía estaba mal, pero no sólo para ellos, sino para todo el mundo.
Realmente sólo quería desaparecer y olvidarme de todo y de todos.
El mundo fallaba, yo fallaba, fallaba todo, mi verano no ha sido desde luego un verano memorable, pero bueno, llegó septiembre y yo creía ser una chica nueva, ahora veo que no, que quizás estoy un poco mejor, pero cuando no es una cosa es otra.
Estoy estudiando por mi cuenta para poder sacarme la ESO en junio, pero bueno, estando en casa es cómo si no hiciera nada, mañana iré a hacerme el DNI por fin y empezaré a buscar trabajo para no ser un parásito en mi casa, porque lo cierto es que me siento así aunque suela ayudar en casa y tal, pero bueno, sin la ESO ¿dónde voy a buscar trabajo? es un dilema.
Me siento mal, fatal, sigo estando lejos de la persona a la que quiero, la gente no hace más que preguntarme “¿es que ya no estás estudiando?”, “¿y este año que vas a hacer?” y siento ganas de llorar, es cómo si la mayoría se alegrara de que te fuesen mal las cosas.
Para colmo en este puto sitio no me quedan amigos, todos mis amigos están fuera, ya sea estudiando o trabajando. Aquí en Nerja no me queda nadie y los días son monótonos, no tengo nada que hacer, no salgo de casa, por las tardes estudio, pero no hago nada más, mi vida es esto, una pantalla, es lo único que me mantiene comunicada con el mundo.
Mis padres lo pasan mal por verme así, me animan, aunque nunca dejan de repetirme lo que les duelen mis fracasos escolares y también les es difícil entender que aquí en Nerja no sea capaz de hacer amigos. Quizás algunos se salvan, pero la mentalidad de la gente de este pueblo choca mucho con mi mentalidad y no, soy incapaz de mantener una relación de amistad con alguien que piensa que el mundo se reduce a un motor y una canción de Bisbal.
Desde luego no es mi mejor año, por momentos quisiera desaparecer.
Perdonad toda la parrafada que acabo de soltar, pero es que tenía ganas de vomitarlo todo.