En pocas palabras, más basura (por no hablar del momento Evanescence, que ya es pa cagarse...). Para voces femeninas y gutales ya tenemos a Rachel Heyzer-Kloosterwaard, ex-Sinister o a Sabina Classen, de los Holy Moses, que tiene bastante más personalidad y se comen con patatas a toda ésta oleada hardcoreta-metalcoreta-gothemburgesa-con-queso que asola el panorama musical.