En los 80 pasó algo novedoso y es que una generación de creadores (sobre todo Lucas y spielberg) quisieron crear cine de aventuras y fantasía con la máxima calidad posible, tanto técnicamente como artísticamente. Presupuesto, guión, los mejores técnicos, músicos, escritores, actores etc etc. Así que durante unos años el cine palomitero fue a la vez el cine de calidad. Algo que después se volvió a disgregar. 
Antes de esa época solo hitchcok se había acercado a esa mezcla de calidad y popularidad. Pero ni siquiera hitchcok estaba bien considerado como artista en su propia época. Le llamaban el mago del suspense, como si fuera un buen técnico que hacía un producto de masas. 
El otro día volví a ver E.T. Dios, que película más buena. Hay talento por todas partes. Desde el primer instante no puedes separar la mirada de la pantalla, el director te lleva de la mano por la historia como quiere y no hay ningún momento de aburrimiento ni de confusión. Y los sentimientos van creciendo naturalmente hasta que al final has vivido la historia y la llevas dentro del corazón. Años atrás nadie se atrevía a poner tanto arte y tanto talento en una historia de marcianos. Por no hablar de star wars. Debió ser alucinante ver esas naves hechas tan en serio y esos robots que hablaban entre ellos con tanta naturalidad. No hablaban como robots, si no que hablaban entre ellos de sus problemas y sus conflictos. El tema de que eran robots se dejaba muy atrás. Como si llevasemos toda la vida conviviendo con ellos. Lo que importaba era si los capturaban los jawas o si encontrarían a ese obi wan.
Cuando llegaron Lucas y spielberg, como directores y productores, consiguieron definitivamente darle dignidad y categoría a esos géneros que siempre habían sido de segunda. 
Otra faceta del asunto es que los niños de los 80 ahora tienen 40 o 50 años y son los que manejan el mundo por suerte o por desgracia. 
Hace años todo lo de los 70 era lo más guay, y antes lo de los 60, y lo de los 50 etc etc. Siempre cuando los niños cumplen 40 o 50 años intentan recuperar lo mejor de su infancia idealizada. Dentro de poco llegará la fiebre por los 90 y será una desgracia. 
