Pues será lo que sea, pero el taxista es un manta de cojones.
Un tio del tamaño del espadachin, con un arma de medio alcance y con ese "arte" para defenderse es fácil, muy fácil de descolocar. Y más si eres un armario ropero como el taxista.
Eso no quita que leyendo lo acontecido, el gigante verde sea un hijoputa. Cobarde pero hijoputa.