Aham, o sea que el obispado pone el grito en el cielo si a una pareja de gay se les ocurre (válgame!) intentar casarse sin molestar a nadie, pero si venden unos terrenos llenos de cadáveres para que sean exhumados y tirados al cubo de la basura, aquí no pasa nada!
Vaya asco de hipocresía.