Psché, no os asustéis, que estas cosas han pasado siempre. Tras el revuelo que se armó con aquel patán que apaleó al perro ahora viene una etapa en la que los animalitos son las víctimas indefensas de la crueldad humana. Cuando el público pierda interés por estas noticias tendremos otra racha de malignos perros de presa -que últimamente parecen estar de vacaciones, porque no matan a nadie-, o si no ya habrá estatuts, maltratos a mujeres u oleadas de inmigrantes para rellenar informativos. Veremos quién se acuerda de estos chuchos pulgosos dentro de dos meses.
En fin, lo de siempre. Y ese tío, un hijoputa. Pero si queréis ver a miles de hijoputas reunidos torturando animales, pasaos por las fiestas de los pueblos, que estas cosas se quedan en nada a su lado.