Se ha ido un grande.
Su "Colombo" es, simplemente, innolvidable.
La imagen contraria al detective glamuroso, guaperas de los de "tirar de pipa y puñetazo": bajito, feo (Peter Falk tenía un ojo de cristal), desaliñado y aparentemente despitado, pero inteligente y perseverante.
Su eterno puro y su no menos eterna gabardina dejaron una huella imborrable.
"...solo una cosa más..."
Un saludo.