Dejando a un lado lo de pedir o no comida a domicilio en la situación, es lógico que después de dos horas de espera preguntes por tu comida. 
Pero una cosa es preguntar y otra dramatizar como si te fueras a morir de hambre. Parece un niño pequeño con una rabieta. 
Por lo que preguntar qué pasa con el pedido y si va a llegar o no y cancelarlo, bien. 
Ser un borde y tener la empatía de una piedra, mal. 
Publicarlo como si tuviera razón, ya de otra galaxia.