Acabo de tener una charla poco amistosa con mi padre. La verdad es que llevamos un tiempo que no paramos de discutir, está bastante insoportable y lo peor de todo, con una mentalidad muy poco lógica y razonable, cuando justamente éstas eran una de sus virtudes. Pues bien, el caso es que he llegado a casa y como de costumbre, me lo encuentro apartado y en un estado de meditación/preocupación. Le pregunto si está bien y empieza a soltarme un rollo muy serio. Y ojo, con decir rollo no pretendo quitarle importancia, de hecho, es todo lo contrario. Se trata sobre mi futuro laboral, mi estabilidad económica y la posibilidad de independizarme no muy tarde. Pero bueno, vayamos poco a poco.
Mi padre trabaja en Adif, empresa de líneas de ferrocarril. Y yo acabo de terminar mi primer año de interpretación como actor para teatro, cine y televisión. En octubre comienzo el segundo y último curso oficial, con opción de cursar un tercer año, el máster (que es bastante más caro). El caso es que me apasiona lo que hago, me encanta este mundo y me he pasado dos años sin saber qué quería hacer desde que acabé Bachillerato y la correspondiente selectividad. Soy consciente de que, a diferencia de otras formaciones, la mía es un poco más insegura a la hora de mirar de cara al futuro, dicho de otra manera, resulta más difícil poder llegar a dedicarme a hacer lo que me gusta y que a su vez, me asegure una estabilidad económica, un trabajo estable y todo esto encontrarlo en un futuro cercano. Claro que hoy por hoy, dada la situación que atraviesa el país, no hay ninguna carrera que te garantice el tener tu trabajo de los sueños, tu puesto definitivo de trabajo. Pero entiendo que en mi caso, es más complicado aún. Por lo tanto, soy consciente de que mi futuro laboral es un poco más incierto que el de otras personas por moverme en este ámbito que tanto me gusta.
Siempre, de pequeño, me han enseñado y explicado que uno debe dedicarse a hacer lo que le gusta, que debe formarse para lo que le apasiona sin darle una importancia superior al tema de las salidas que tiene, el dinero que se gana o lo difícil o fácil que es triunfar en esa vertiente. De nada sirve que alguien tenga un trabajo con un horario maravilloso, con un salario estupendo si ese mismo puesto de trabajo no hace feliz a la persona. Es un trabajo para toda la vida, toda una formación para el día de mañana. Eso es lo que pienso y lo que me han enseñado desde siempre. Claro que es importante pensar en las posibles salidas, en salarios y posibilidades de dedicarse a ello, pero lo primero es que te guste. Eso, amigos, creo que es lo más importante.
Pues mi padre, en su charla, me ha dicho que van a ofrecer nuevas vacantes en su trabajo en adif y se trataría de un contrato para toda la vida. Nada del típico contrato de unos pocos meses para trabajar en un bar o una tienda de ropa. No. Es para incorporarme en la empresa Adif. Y quizá mi padre se pensaba que yo saltaría de alegría y renunciaría a mi sueño de actor para dedicarme a lo mismo que hace él. Pero hay un problema: No me gusta nada, ni en lo más mínimo, ni me atrae ni interesa absolutamente nada ese oficio. Se lo he dicho, le he explicado que por muy buenas condiciones que tuviese la oferta de trabajo, ¿qué importaba si luego no iba a ser feliz trabajando cada día en algo que no me gusta? En algo que se acerca a lo que mi padre se ha referido como un trabajo para toda la vida. Y yo lo siento, pero no quiero estar el resto de mi vida en una silla viendo ordenadores y monitores, dando ordenes a trenes para que sepan qué carril tienen que tomar. Lo siento pero no. Cada uno tiene sus gustos. Y yo soy un joven de 22 años salido de la vertiente de letras, de la faceta más artística del cerebro. Viene de familia. Incluso mi tío es actor. Pero no, mi padre está empeñado en que coja el trabajo con los ojos cerrados (en el caso de que aceptase y superase las pruebas de acceso)
Y bueno, hemos discutido porque ninguno conseguía ver la postura del otro. Bueno, no exactamente. Yo sí que he conseguido entender un poco su preocupación por mi futuro, por aprovechar la gran oportunidad que ofrece Adif. Y no la desestimo, pero solamente la pongo en duda porque necesito digerir todo lo que me ha dicho mi padre. Él en cambio, se ha comportado de una manera muy dura, injusta y como ya he dicho, poco razonable. "A tu edad yo ya estaba casado y con un trabajo fijo" Me dice...
En fin, me he desanimado bastante. Encima hace pocos días encontré trabajo y me cogieron, superando a más de 50 curriculums que me amenazaban con quitarme este puesto de trabajo en la cadena de bar-restaurante lizarran. 400 euros al mes. Algo es algo. Hoy es mi primer día de trabajo, pero mi padre se ha encargado de joderme la tarde y desanimarme como hacía tiempo que no lo hacía.