Mercado de almas

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El editor se habia relamido los labios y frotado las manos cuando leyo mi galerada. Sabia que el era el hombre adecuado para publicar mi ultimo libro y lo hizo a conciencia. Sabía que yo tenia pocos escrúpulos y de mil formas logro tenerme en el ojo de mira de periódicos y televisiones, haciendo que el libro se vendiese como la espuma.

Quizas el exito fuese mas que nada, sin modestia, el enfoque nuevo del libro, alejado de las repetitivas noveladas inutiles autoayudas, era sencillamente un tratado de mi filosofía comercial. La contraportada era llamativa sin duda, mi foto trucada con un halo de luz se anunciaba con el mensaje "¡Salve las acciones de su alma por un economista!".

La pagina web fue el paso lógico, aunque he de admitir que no fue idea nuestra, al menos en el primer momento. Pero antes de darnos cuenta ya existía una concurrida pagina de Internet donde lectores del libro compartían opiniones y experiencias e iniciaban las primeras transacciones.

Todo fue un juego por supuesto, un inocente e inofensivo juego, las premisas del libro eran sencillas, como seres poseíamos un alma dividida en acciones, tantas como expectativas vitales tuviéramos; desde nuestro nacimiento Dios poseía el treinta por cierto de ellas por derechos de creación, un diez por cierto pertenecían al diablo por influencia y el resto eran nuestras.

Ningún jurado puede condenarme, en el libro no se mención jamas la bolsa de almas. Sencillamente en algún momento comento la posibilidad de firmar transferencias de nuestra alma a nuestro seres queridos... pero desde el mas puro simbolismo.

La bolsa de almas despegó con fuerza por el efecto llamada de algo tan novedoso. El procedimiento era la mar de sencillo, te inscribas, tras recibir una cantidad simbólica de dinero celestial tenias a tu disposición todo un mercado de almas, con diversas cotizaciones y sus alzas y bajas. Incluso al hacer tu primer movimiento recibías en tu casa un bellisimo contrato en pergamino sin coste alguno.

Fue el fenómeno del momento, todos corrían a participar en el nuevo, y gratuito, juego online. Las acciones se compraban y se vendían a una velocidad vertiginosa, se publicaron nuevos libros con centenares de consejos para revalorizar su propia alma y adquirir mas y mas acciones.

Cuando comenzó a morir el fenómenos dimos un golpe de efecto, cambiábamos el dinero celestial por objetos reales en una famosa cadena comercial. Todo el mundo vendío para conseguir unos regalos que nos salian realmente baratos al firmar un acuerdo de publicidad con la propia cadena comercial. El editor estaba pletórico, los libros de ayuda se habian vendido en tantas ediciones que los beneficios no dejaban de llegar.

Por supuesto finalmente todo se olvidó entre nuevas modas y quedo como un recuerdo. Muy pocos cancelaron sus cuentas y tras la euforia mercantil de los regalos, el mercado de almas habia caído en picado sin pujadores.

Quien hubiera pensado que fuese tan fácil... respete las reglas y solo invertí el dinero que habia ganado yo mismo. Cuando el fenómeno paso con los beneficios de mi libro lo compre todo, todas las acciones quedaron a mi nombre y con ellas las almas de todos ellos.

Volveré al infierno en unos dias. Me he ganado unas buenas vacaciones, aunque quizas me tome un momento para hablar con lucifer de mis nuevas misiones... he de admitirlo, pero estoy enamorado de mi trabajo....



Espero que os gustase este experimento de relato ^^
[jaja] [jaja] Muy bueno. Me gusta la idea, me ha recordado en cierta manera a George Soros, quizá algún día podamos ponerla en práctica [idea].
je je, yo la verdad es que cada vez que hago un favor a un amigo ya le digo "No tranquilo no pasa nada.... pero me llevo dos acciones de tu alma ¿he? ;-) ]
2 respuestas