Resulta que la tía curra de enfermera en el hospital en el que nació el bebé de su marido y la amante de ésta.
En lugar de castigar al marido, cortándole las pelotillas, decide castigar al bebé. Y encima va y se equivoca.
Ahora, el abogado, alega transtorno mental, para conseguir rebaja en la condena.
En fin, lamentable. Suerte que estaba la poli para protegerla, porque si no, los transeúntes la matan.