Grata es la
concentración
salina
que bordea
las aureolas
de tus pezones,
corriente interminable
que me lleva en
espiral
hacia el vórtice
de tu ombligo.
Hallelujah!
Al fin soy bañado
por el agua
que emana
de tus poros.
Por la mañana,
al volver a casa,
los puestos de
fruta visten
la acera:
hoy es martes
y es día de
mercado.
Sólo el jugo
de las manzanas
rojas
podrá neutralizar
tu recuerdo
en mis papilas
gustativas.