La cultura no tiene por qué ser de pago, hay millones de personas en el mundo creando, distribuyendo y compartiendo cultura de manera totalmente gratuita y altruista. Desde grupos de danzas de barrios hasta graffiteros, diseñadores, autores de cómics, músicos, escritores,... eso sí, no hay detrás gigantescas infraestructuras, ni medios de comunicación dándoles bombo y publicidad, se encuentran mil y una trabas de las administraciones públicas para mostrar su trabajo... es lo que tiene vivir en un mundo mega-mercantilizado.