El Ministerio del Interior ha puesto en marcha un programa de reinserción de presos de ETA (que afectará también a otros reclusos por terrorismo y crimen organizado), que se impulsará de forma inminente, en dos fases: una de posible acercamiento a prisiones vascas y una segunda en la que se podrán obtener beneficios penitenciarios (permisos, terceros grados y libertades condicionales). A diferencia de lo que sucede ahora con los presos que se acogen a la llamada vía Nanclares, los requisitos serán distintos en cada una de las etapas, y más suaves en la primera.
Para entrar en el programa los presos tendrán que rechazar la violencia de forma expresa y desvincularse de la organización terrorista, pero no pedir perdón a las víctimas, algo que hasta ahora sí era necesario (no porque lo establezca la ley, sino porque esta ha sido la práctica del Ministerio del Interior del Gobierno socialista) para entrar en los itinerarios de reinserción. Quien se acoja a esta vía a partir de este momento entrará a formar parte de alguno de los grupos de aulas de convivencia que se van a crear en algunas prisiones. Estos grupos llevarán a cabo actividades destinadas a favorecer la la educación en valores y podrán también acceder a cursos de capacitación socio-profesional orientados a su formación para la inserción en la vida laboral.
Rajoy: "El plan no cambia la política antiterrorista"
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha asegurado que el plan de reinserción no supone ningún cambio en la concesión de beneficios penitenciarios. Rajoy se ha referido a este plan en la rueda de prensa que ha ofrecido en el Palacio de la Moncloa junto al secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, y ha insistido en que el Gobierno "no ha cambiado ni va a cambiar su política antiterrorista".
El vicesecretario general de Organización del PP, Carlos Floriano, ha insistido en la misma idea: los beneficios penitenciarios continúan teniendo los mismos requisitos y el respeto a la legalidad será absoluto.
Estos talleres, inspirados en unos que impulsó la anterior secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, en Nanclares de Oca (Álava), comenzarán a realizarse previsiblemente en prisiones del País Vasco y alrededores. De esta forma, entrar en el programa supondrá, de hecho, un acercamiento a Euskadi sin necesidad de cumplir con todos los requisitos que se exigían hasta ahora para ser trasladado a prisiones vascas.
La segunda fase consistiría en el acceso a los beneficios penitenciarios que permite la ley, pero en este punto no hay ninguna novedad con respecto a la situación actual. El código penal y la ley penitenciaria establecen unos requisitos muy concretos para que los presos por terrorismo y crimen organizado puedan acceder a ellos (rechazo y desvinculación de la violencia, perdón a las víctimas, colaboración con las autoridades y hacer frente a las indemnizaciones civiles), y todos ellos tendrán que verificarse para que el preso pueda lograr un permiso o un tercer grado.
Es decir, se suavizan de alguna forma los requisitos para estar más cerca del País Vasco, siempre que haya un compromiso de entrar en un camino dirigido a la reinserción, pero se mantienen exactamente los mismos para poder salir de prisión.
La noticia, adelantada esta mañana por la agencia Efe, fue después confirmada por un portavoz del Ministerio del Interior y más tarde por el propio ministro. Jorge Fernández Díaz ha afirmado hoy en Luxemburgo que los terroristas que se acojan al plan deberán mostrar su voluntad de dejar atrás el terrorismo de forma "clara, solemne y pública". Ha confirmado que acogerse al plan es "una condición necesaria pero no suficiente" para la obtención de los beneficios penitenciarios, y qu los presos deberán cumplir el resto de requisitos de la ley penitenciaria.
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