Hola buenas, es la primera vez que entro por aquí, y quería compartir un relato que escribí hace bastante tiempo, cuando quizás era más feliz que hoy en día... lo he leído y tenía ganas de compartirlo con algún/a lector/a anónimo/a.
Se tornan grises las sonrisas, quedando sólo el color de nuestra ropa, pero no lloramos, pues con esos grises somos más guapos que nunca, más guapos que nadie. Mientras todos observan los ropajes, nosotros nos miramos fijamente, con ojos vidriosos, y nos acariciamos. ¡No dejes de mirarme, o se me escapará un beso! Y así poder jugar con tu compañía a un juego que tan sólo tú y yo conozcamos, y que nadie más sepa apreciar. Cógeme de la mano e invoca con sensuales susurros tu más bella historia. Háblame con esas palabras que pocos entienden y enriqueceme de tu talento para que broten de nuestras espaldas unas inmensas alas grises que nos permitan alcanzar los cielos. Agarremos con fuerza mil y un sueños a repartir a lo largo de mil y una noches y, con una sonrisa perversa, en el contrato que grabemos de corazón habremos de escribir: "Cuando la noche número mil llegue a su fin, nos serviremos de nuestras alas grises para crear mil y una noches más."
Perdámonos en cualquier parque o cualquier estrella, consumamos nuestra pasión entre gemidos y miradas que hablen por sí solas... y cuando se apague el fuego por culpa de nuestro sudor encenderemos otra hoguera, y nos devoraremos viciosa y desenfrenadamente, metiendonos en un bucle que durará el tiempo que estemos solos junto a la noche, la cual guardará en mente y corazón nuestros secretos. Acércate y cabalga sobre mí, mirandome a la cara. Que mi sucia mente coja más mierda junto a la tuya, no menos perversa que la mía, y bajo árboles centenarios hagamos aquello que nadie creería que podríamos llegar a hacer. Las heladas hojas que caigan de los viejos robustos nos mirarán celosas al vernos arder en un combate en el que acabaremos derrotados.
Llámate sueño, llámate sexo, llámate pasión, como quieras llámate... yo tomaré tu camino y haré que abusemos de nuestros vicios, que explotemos nuestros cuerpos y violemos nuestros labios. Tu anaranjado pelo y mi deshonrado cabello beberán de los senos de cuatro o seis rubias, hasta que acabemos pidiendo a gritos otro polvo más. Y con dos ceras de color, una azul y otra verde crearemos un cyan que envuelva todo nuestro vicioso frenesí, toda nuestra apasionada locura.
Saludos!