En especial para Prado, Número 41 y SickBoy

Prometí que os contaría cómo fue el resultado de mi viaje a Oivedo a Septem Ediciones. Me recibió un "quidam" muy prosopopéyico y todas esas cosas y parecía aquello un diálogo de besugos, pero de los de fuera de época cuando ya ha pasado el desove, que es cuando menos sabor tienen. Le volví a repetir que lo de poner yo dinero para editar, nada de nada, y ni siquiera se inmutó ni trató de encontrar alguna otra fórmula, aunque bien es verdad que yo no encuentro que exista. Le pedí que me devolviera los ejemplares de mi obra y aquí comenzó lo de siempre, que si estaba todo revuelto y había que buscarlos... que ya me los enviaría por correo... en fin. nada de nada. Que son todos unos tiburones que andan a la que salta. Todo es aprovechable, pues cuando yo estudiaba, de los trabajos obligatorios profesor hubo que los aprovechó para publicar un libro. No, no me digais nada. Lo tengo registrado en la Propiedad Intelectual, aunque las refundiciones se pueden hacer igual y si son buenas cuesta trabajo demostrarlo luego. En fin, me regaló un libro de la editorial que lleva por título Arrecifes de soledad. Os envío una pequeña muestra para que juzgueis, aunque si lo que publican es como esto menudo bodrio. De todas formas le he enviado a un amigo a recoger los ejemplares. No sé si se los querrán dar.abían ocupado el anaquel más elevado
La contraportada del libro dice cosas como estas:


"Basada en ese seguimiento y por más que las luces con las que se identifica el progreso alimenten las vanidades, la narrativa del autor ahondará en lo paradójico del drama de la vida en tanto que las sombras que determinen aquellas luces acentúen la intemperie en los escarpados "arrecifes de la soledad".

Y ya dentro del libro, en la primera página, se expresa así:

"La mujer depositaba cuidadosamente uno tras otro los viejos libros sobre los leños de la chimenea que caldeaba la estancia. Estaba especialmente atenta a que el fuego redujera a cenizas cada volumen de los que hasta entonces y desde hacía largo tiempo, habían ocupado el anaquel más elevado de la vasta biblioteca que cubría en su totalidad la pared opuesta a la que alojaba la lumbre en la que ahora ardían aquellos "inútiles" textos -como se decía a sí misma-, que para ella no contenían otra cosa que "tediosos" enunciados y "aburridas" fórmulas que no habían aportado luz a los pasajes sombríos por los que hubo de transitar en los momentos más confusos de los que pautaron sus ya lejanos días de adolescencia".

A lo peor el equivocado soy yo y gusta a mucha gente. Del mismo jaez es el resto del libro. El autor trabaja o trabajó para la Consejería de Industria, Comercio y Turismo del Principado de Asturias, y estos entes "subvencionan a veces las ediciones" de...
lo que sea, ¡qué importa!
Bueno, siento que el periplo no hubiera sido más productivo. Hubiera estado bien un libro tangible firmado por Durward, pero todo se andará.

Sobre lo de no encontrar el texto, no te preocupes. No creo que encuentren ningún testaferro, pues no van a estar tirando de mentiras toda la vida. Si lo tienes registrado, aún mejor. Y si hacen un remix de tu obra, jamás será como la tuya.

El libro tiene una pinta horrible, y casi me mareo leyendo la reseña. Aún no he encontrado un autor que no hablara de "lo paradójico de la vida"... y si tiene tan pocos puntos, y es tan denso como ese fragmento, pues habrá que buscar otras lecturas.

Saludos!
Durward, la excursión mereció la pena -ahí discrepo del estupendo Prado- simplemente para que nosotros, mortales lectores de este foro, pudiéramos deleitarnos con tu estupendo relato. ¡Qué España ésta, Señor, con principados o con príncipes de la oca, te leo y recuerdo a Larra, no sólo al de vuelva usted mañana, sino al de todos sus memorables y ciertamente vivísimos artículos!
Por cierto, Prado que se apunte un diez. Muy bueno tío eso de que todavía no has encontrado un libro que no presentara un visión paradójica de la vida. Por supuesto. Vamos, hasta la guía telefónica es paradójica. Aunque, en verdad, ésta es todavía más ilegible. Casi como la literatura del mamarracho que citaba Durward. Dios nos guarde en lo posible de cretinos.
Escrito originalmente por Palmiro
Durward, la excursión mereció la pena -ahí discrepo del estupendo Prado- simplemente para que nosotros, mortales lectores de este foro, pudiéramos deleitarnos con tu estupendo relato. ¡Qué España ésta, Señor, con principados o con príncipes de la oca, te leo y recuerdo a Larra, no sólo al de vuelva usted mañana, sino al de todos sus memorables y ciertamente vivísimos artículos!
Por cierto, Prado que se apunte un diez. Muy bueno tío eso de que todavía no has encontrado un libro que no presentara un visión paradójica de la vida. Por supuesto. Vamos, hasta la guía telefónica es paradójica. Aunque, en verdad, ésta es todavía más ilegible. Casi como la literatura del mamarracho que citaba Durward. Dios nos guarde en lo posible de cretinos.


Para la literatura no hay horas ¿verdad Palmiro?, pero para mi ya es hora, visto lo visto, de este foro muchos podrían escribir un libro ;) ¡A dormir! [maszz]
Nah, Palmiro, no me apunto el diez, aunque dichoso mi espíritu está porque un diez me habéis concedido.

Una pequeña matización: yo no he dicho que el periplo no mereciera la pena. Sólo lamento que no hubiera sido más productivo. ¡Trato de no pecar de soberbio!
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