Cuando has probado el placer de ver las películas en el cine con la sala completamente vacía, todo lo demás se ve como molestia...
En un mundo ideal, todo aquél que vaya al cine, iría exclusivamente a ver la película de turno, haciéndose invisible e inaudible para los demás. Esto incluye móvil apagado, no comer ni beber en la sala, no pegar patadas a los asientos, no levantarse en mitad de la sesión, estarse calladito... pero como es una utopía, lo mejor es hacerse a la idea y actuar con sentido común.
Si te vas a ver una de Saw o de Batman un sábado a las seis de la tarde, te vas a encontrar a todas las niñas y niños con las hormonas alteradas dentro de la sala, dando la notar continuamente.
Si te vas a ver "A todo gas" el día del estreno, te vas a encontrar a todos los canis de los alrededores en la sala, y éstos no saben comportarse ni en su casa, menos lo van a hacer en una sala de cine a oscuras.
Si vas a ver una película infantil un sábado o domingo a las cinco o a las siete de la tarde, evidentemente lo que va a haber en la sala van a ser padres con sus hijos, posiblemente algunos muy pequeños como para aguantar hora y media seguida de película.
En todos estos casos, estoy hablando de que más de la mitad de la gente que te vas a encontrar en la sala van del mismo palo, por lo que es prácticamente imposible controlarlo del todo. Un acomodador poco va a poder hacer, ya que puede ser peor el remedio que la enfermedad.
Otra cosa es cuando se trata de una persona o grupito puntual dentro de una sala con gente que se sabe comportar.