Jugar a una portátil con emulador es, y será, una miserable mierda. Ya lo era jugar a la GBA, ya ni te cuento lo que debe ser jugar a la DS. Y no lo digo porque emule mejor o peor, si no porque simplemente desvirtua la sensación de juego que te da el estar con la consola en tus manos, y lo hace en todos los sentidos. Es como si hicieras una fotocopia de un Picaso y te la colgaras en la habitación. Se pierde por todas partes.