"El toro de lidia es una aberración genética"
LLUÍS AMIGUET - 10/09/2007
Tengo 42 años. Nací en el Clot y vivo en Londres desde los 25: soy súbdito británico.Soy un antitaurino profesional: cobro 28.000 libras anuales de la League Against Cruel Sports por oponerme a las corridas tras haber conseguido ilegalizar la caza del zorro en mi país. Soy vegano: no consumo nada que provenga de la explotación animal
- Conocí a un torero que se sentía culpable...
- ¿De qué?
- El matador Álvaro Munera fue corneado hace 20 años en la plaza hasta quedar paralítico. Desde la silla de ruedas tomó conciencia de lo absurdo que era jugarse la vida para envilecer a todo el público que contemplaba el martirio de un animal y enriquecía al empresario taurino.
- Ese público taurino cree que los toros son arte y cultura: su cultura.
- La esclavitud también era cultura, pero sobre todo un negocio para los esclavistas.
- ¿Munera se arrepentía de haberse jugado la vida o de habérsela quitado a los toros?
- Al matador Munera lo iniciaron de niño, como hacen las sectas, para que se jugara la vida para regocijo de muchos estupidizados y negocio de unos pocos listos. Se la jugó y perdió sus piernas en el juego: hoy es el líder de los antitaurinos en Colombia.
- Si los toros no mueren en la plaza, los apiolan sin dignidad en cualquier matadero.
- Pero la muerte de un toro en la plaza degrada al público que la presencia y convierte en espectáculo canallesco lo que debería merecer nuestro respeto: el sufrimiento y la agonía de otro ser vivo. Además, los toros son torturados en la lidia por puro placer.
- El placer no está en el inevitable sufrimiento del toro sino en el arte del torero.
- Usted habla del arte de torturar con gracia, estilo y elegancia para convertirlo en espectáculo y negocio.
- Dícese tauromaquia.
- También la esclavitud y la pena de muerte tuvieron sus tratadistas, artistas y hasta virtuosos.
- Morir fue un espectáculo sin duda.
- Al espectáculo ejemplar de la ejecución acudía el público para gozar con los retortijones del ejecutado en la horca - que a veces también, como el toro hoy en la plaza, se cagaba de miedo- y aplaudir la habilidad del verdugo. Si quiere, también llamaremos arte al de aquellos ahorcadores.
- La muerte en la plaza dicen quienes la disfrutan que ennoblece a la bestia.
- Los toros mueren entre su mierda, su sangre, los chillidos histéricos de la gente mezclados con los de los vendedores de patatas fritas... ¿De verdad ve nobleza en esa muerte?
- La fiesta de los toros salva de la extinción a una raza única: el toro de lidia.
- No me escandalice ni olvide que soy zoólogo: el toro de lidia no es una especie, es una monstruosidad genética.
- Pues hoy el toro de lidia, como el asno catalán, es símbolo de hispanidad reivindicada por el pueblo con pegatinas en sus coches.
- El toro de lidia español es el abyecto resultado de dos siglos de cruces y recruces en la libreta del ganadero para alumbrar un monstruo y concentrar la agresividad...
- ¿Y su bravura, el trapío, los arrestos?
-... en una abyección genética: es como los pitbull y esas otras razas de canes cruzados para las peleas de perros. ¡Cuánto sufrimiento en esos seres deformes! ¡Qué absurdo destino damos a un ser vivo cuyos genes hemos manipulado para nuestro placer y beneficio! Los toros bravos matan, y los perros de pelea enloquecen, sufren y también matan.
- Son apoteosis del arte del cruce.
-... Como aquellos esclavos que los esclavistas cruzaron para obtener mejores braceros en las plantaciones: está usted defendiendo en los animales las maquinaciones eugenésicas de Mengele que hemos impedido afortunadamente ya en los humanos.
- La eugenesia de los ganaderos es necesaria hoy en las granjas.
- Si usted profundiza en la ética, llegará también a condenar las tropelías genéticas de las granjas.
- Esas granjas dan de comer hoy a millones de seres humanos que antes pasaban hambre.
- Si, en lugar de granjas, hubiéramos apostado por los vegetales, tendríamos hoy menos purines en los campos y una alimentación mucho más eficaz en aprovechar la energía solar para alimentarnos.
- ¿No le gusta a usted un buen jamón?
- Soy vegano. No como carne ni nada que provenga de la explotación animal.
- ¿Y eso no es una secta como la taurina?
- Nosotros creemos que no es necesario provocar sufrimiento a ningún animal para alimentarnos. También creemos que nuestro medio ambiente estaría mejor sin granjas.
- Un respeto: en Catalunya convivimos con siete millones de cerdos y sus purines.
- Creemos que otro mundo es posible.
- ¿Cuánto le pagan por creerlo?
- Cobro 28.000 libras anuales de la League Against Cruel Sports por militar contra las corridas de toros.
- ¿Cómo milita?
- Provoco el debate. Allá donde provocamos el debate, acabamos con los toros. Los toros y los taurinos no soportan el razonamiento: la razón los extingue.
- Cada uno que se divierta como quiera.
- Ésa es la peor actitud: tolerar la aberración de los toros.
- Peores son las guerras y no las prohíben.
- La crueldad de los toros es la misma que nos permite permanecer impasibles ante el bombardeo indiscriminado de civiles.
- Es una comparación dislocada.
- No es casualidad que los toros y la caza del zorro, que estoy orgulloso de haber conseguido eliminar de mi país, fueran pasatiempo favorito de la misma nobleza que jaleaba la esclavitud y la explotación de las personas.
- Cada uno que piense como quiera.
- No hay taurinos y antitaurinos: todos somos personas. Torturar a un animal desde sus genes hasta la plaza repugna a la dignidad y a la razón humanas. Podemos evitarlo.
http://www.lavanguardia.es/free/edicionimpresa/20070910/53392828851.html