El "Rambo" asturiano se pone el casco

El 'Rambo asturiano' se pone el casco
Ya lleva 50 días huido en los montes de Tineo y ha sido fotografiado con poncho, botas y tocado militar

El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas) tiene un montón de cámaras fotográficas desperdigadas por los bosques asturianos. Los aparatos se ocultan en recodos frondosos y apuntan hacia lugares de paso del oso pardo cantábrico. Son activados por sensores de movimiento. A menudo aparecen retratados también jabalíes, corzos, lobos... Y 'Tomasín'.

El 'Rambo asturiano', Tomás Rodríguez, lleva cincuenta días escondido en el monte. Desapareció el 3 de septiembre, cuando encontraron el cadáver de Manuel, su hermano mayor, a la puerta de la cabaña que habitaba el ahora prófugo. Porque desde hace dos décadas vivía como un ermitaño. Lo hacía a solo 300 metros de La Llaneza, aldea del municipio asturiano de Tineo donde también residían su hermano y su padre.

Ya sabíamos que 'Tomasín', a sus 41 años, luce barba hasta el pecho y expresión huraña, porque así lo describen sus vecinos. Domina el monte. Allí pasaba largas temporadas acompañado por su ganado, por sus vacas y caballos, sin contacto con humano alguno. «Si él quiere verte, te ve, pero tú nunca llegas a verle a él si no le da la gana. Es un ermitaño, una especie de Rambo. No le encontrarán», dicen quienes le conocen. Ahora sabemos que presenta el aspecto montaraz que se le supone. La imagen captada por la cámara de Fapas refleja a un hombre con botas altas, el cuerpo cubierto con un poncho, la cabeza tocada con una gorra y, sobre ella, un casco militar.

Esta foto es uno de los mayores hallazgos relacionados con Tomás desde que desapareció. Durante la primera semana de búsqueda, decenas de guardias civiles peinaron los montes de Tineo a pie, en motos y en todoterrenos. También se valieron de perros, helicópteros e, incluso, equipos de visión nocturna. Ni rastro del fugitivo. Y eso que seguía atendiendo a sus vacas, que pastan libres por los bosques circundantes y le aportan leche para sobrevivir.

Aparentemente, el operativo se relajó luego, aunque varios agentes se mantenían emboscados, acechando. Pero después de casi un mes sin rastro de 'Tomasín' se sospechaba incluso que podía haber muerto. Hasta que cuatro semanas después del crimen de su hermano fue al supermercado de La Espina, un pueblo cercano, y allí compró embutidos, arroz, quesos y conservas. Se gastó más de cien euros. A continuación cogió un taxi de vuelta hacia La Llaneza y antes de llegar a la aldea le dijo al conductor que parase. Se internó en el bosque con las bolsas y volvió a desaparecer. Imposible saber si la osadía fue un desafío a sus perseguidores o la inconsciencia de un desequilibrado. La cuestión es que no hizo más que engrandecer su leyenda.

Operativo a medio gas

Porque hay muchos que ven algo de romántico en las andanzas del ermitaño. ¿Mataría a su hermano? Las autoridades le buscan para interrogarle y los indicios apuntan hacia él, pero no tiene la condición legal de sospechoso. Como siempre ocurre, y más en poblaciones pequeñas, hay cotilleos para todos los gustos. Unos recuerdan que se llevaba mal con Manuel y que podría haberle matado por desavenencias sobre la gestión del ganado. Otros puntualizan que vieron por la zona a unos portugueses con los que el hermano mayor podría tener cuentas pendientes, ya que además de ganadero era transportista y viajaba habitualmente con madera al país vecino. Según esta hipótesis, Tomás se habría asustado al ver el cadáver de su hermano y habría huido.

Nadie sabe nada. En los últimos tiempos de poco ha servido que los agentes localizasen un refugio donde el escapado podría haber pasado alguna noche, en una de las muchas bocaminas que hay por la zona. O que descubriesen que había estado segando un prado próximo a La Llaneza. Todo parece obra de un fantasma. Intentaron atraerle apresando a sus caballos y poniéndolos como cebo, pero no picó.

Desde la Delegación del Gobierno asturiana aseguran que el operativo de búsqueda se mantiene, aunque los efectivos dedicados a él han menguado ante las exigencias de seguridad requeridas por la ceremonia de los Premios Príncipe de Asturias, que tuvo lugar el viernes. Eso sí, según explicaron las mismas fuentes a este periódico, la Guardia Civil confía en localizar a 'Tomasín' en las próximas dos semanas. No avanzan de qué arma secreta se valdrán para ello.