Det_W.Somerset escribió:Según mi lógica, los culpables de semejante salvajada fueron los hijos de puta que pusieron las bombas. Afortunadamente no hay más culpables porque no hubo nadie más gritando durante 6 meses que el gobierno se había rendido a los terroristas, que Blair estaba bajándose los pantalones ni nada semejante. Si los hubiese habido, ellos también tendrían su parte de culpa, claro.
Y gracias al chupi-proceso irlandés, a día de hoy puedes ir a comer a un pub sin que te pongan una bomba y te maten. Si el precio a pagar por eso ha sido reducir las penas de terroristas que ya habían cumplido un puñado de años en prisión, y no se vuelve a repetir... yo pienso que merece la pena.
Lo que importa es salvar vidas de víctimas futuras, no la venganza. A ver si aclaras tus prioridades.
Lo que importa es la JUSTICIA, yo sé diferenciar perfectamente entre la venganza y la justicia, no sé si podéis decir lo mismo. Mis vísceras me incitan a coger a todos estos malnacidos y prenderles fuego en vida, pero no, sé que hay reglas, cosa que los terroristas NO aceptan y por eso matan, no por placer (aunque alguno habrá como el Chaos) y como conozco esas reglas quiero que se apliquen. Si un hijo puta pone una bomba en un Centro Comercial porque se siente muy oprimido, y no se le ocurre otra manera de sentirse libre que reventando a miles de personas, esa persona QUE PAGUE. ¿Esto es venganza?. No compañero, es que si las leyes no se respetan, y tú y yo sabemos que matar está mal, entonces aquí todo vale. Porque sí, siento mucho decirlo, pactar con terroristas es en cierta forma matar las normas y unos criterios mínimos en los que se asienta una sociedad.
Creo que tampoco entiendes lo siguiente: a mí me interesa que ETA no mate, vivo en Madrid y aunque en cualquier lugar de España puede ocurrir, las probabilidades de convertirme en una víctima política son más amplias. Por lo tanto, mi yo egoísta querría hacer lo que hiciese falta para no llegar a ese punto. Ponerles un piso en la Castellana si hiciese falta. Pero por otro lado entiendo que así no se hacen las cosas y menos cuando te pones en la piel de los familiares que han visto cómo, de una u otra manera, han perdido a sus seres queridos porque un buen día perdieron su naturaleza de personas, para convertirse en una buena portada y una buena medida de presión política.
Desde luego no me sentaría tranquilamente en el Pub, porque siempre tendría ese gusto amargo de saber cómo, a día de hoy, existen familias que reclaman al gobierno inglés por el atentado de Omagh y éste les trata con desprecio; considerando su presencia molesta.
El que haya visto la película Omagh entenderá de qué estoy hablando.