Consejos para un futuro Rey
Ante todo, debes adquirir costumbres y maneras refinadas. El vestir, elegante. El habla, distinguida. Las palabras, escogidas. Tu presencia debe ser impecable. Agénciate el mejor sastre y que trabaje para ti en exclusiva para que nadie tenga tus mismos trajes. Y hazte acompañar de una dama bellísima, o mejor aún, despósate con alguna princesa de los contornos, que convenga por cuestión de alianzas políticas.
En primer lugar necesitas crear una aristocracia poderosa, que te considere su jefe. Para ello tendrás que recurrir al dogma del Destino divino o mítico (es decir, tú eres "el elegido" por Dios, por los dioses celtas o por quien sea la divinidad correspondiente) y los nobles deben acatar que siempre estarás por encima hagan lo que hagan y que te deben obedecer siempre. Es lo que viene a ser el principio de legitimidad carismática, y aristo-monárquica.
Luego, debes tener una capacidad de persuasión tal, que hagas que los nobles realicen las acciones que a ti te interesan, creyendo que son ideas suyas. Debes dirigirles, desde la penumbra, sin que ellos crean que están siendo digiridos. Y siempre que salgan las cosas bien (una batalla, una conquista, etc) tienes que premiarles con tierras, posesiones, esclavos, etc.
Tu mayor aliada es la Iglesia: debes atraer al mayor jerarca de la Iglesia a tu palacio y hacerle comer en tu mano. Si la Iglesia te considera legítimo, todos te considerarán legítimo. En España, el Estado moderno se ha edificado sobre la base de la religión.
Con el tiempo te verán como su rey y no hará falta que te proclames como tal: ellos te rogarán que seas el rey. La fuerza de la idea de la sangre real y de la predestinación divina es suficiente. Por ejemplo, Rodrigo Díaz de Vivar pudo ser Rey, tuvo ocasión de proclamarse Rey, y no lo hizo nunca, porque se consideraba al servicio de Alfonso VI, de forma que ese vasallaje, esa subordinación, le impidió proclamarse rey. Pero estoy seguro de que se lo pidieron más de una vez. Si se hubiera proclamado Rey, quizá la historia de la reconquista sería algo diferente.
Al pueblo tienes que darle "pan y juegos" como decían los romanos. Asegúrate de que no haya hambrunas y de que no haya pestes. Crea una administración pública. Promulga leyes justas. Napoleón dijo una vez que hizo más bien a Francia con su Código Civil, que con todas las batallas ganadas. Si haces leyes justas que se apliquen correctamente, con una justicia aceptable, el propio pueblo te reconocerá como rey.
Unifica las jurisdicciones en una sola. Sólo debe haber una justicia: la del Rey. No permitas que la Iglesia cree tribunales especiales de inquisición.
Por último, nada más subir al poder averigua qué nobles son más abusones y promulga una ley prohibiendo todos sus abusos, como hizo Fernando el Católico. Eso no impedirá que sigan abusando pero al menos mejorará la calidad de vida del pueblo.
Sigue el consejo que le dio Franco al príncipe Juan Carlos: haz que el pueblo te conozca. Déjate ver en público. Ve a actos públicos. Haz obras de caridad. Concede indultos, etc. que el pueblo se acostumbre y se identifique con tu persona, así mejorarás tu carisma.
No hagas como Felipe II, que era un rey "papelista", que pasaba todo su tiempo encerrado en un despacho leyendo escritos y documentos insignificantes y que autorizaba personalmente hasta la más pequeña solicitud. Aprende a delegar. Nombra ministros, o secretarios personales. Céntrate en los asuntos realmente importantes.
Y no olvides tampoco lo que dejó escrito el general Sun Tzu y desarrolló Nicolás Maquavelo: "Princeps legibus solutus". Lo que haga el príncipe debe ser considerado justo. Sé ambiguo, pacta, miente, engaña, falta a la verdad, traiciona, haz todo lo que tengas que hacer por el bien de tu pueblo. La suprema victoria es vencer sin combatir.
PD: espero que me nombrarás consejero real por lo menos