El Guardían del Destino V: Voces en las sombras

La gente estaba entusiasmada. Y tenían derecho. El torneo de lucha de Ol era famoso por casi todo el continente y venían sólo para asistir a él, gentes de Lerianor, Tiara, e incluso de Dámica, las islas más lejanas del continente Yalay. Por supuesto, la mayoría de los viajeros también participaban en el campeonato cuyo ganador se llevaba la atractiva cifra de veinte mil monedas de oro y por supuesto, el reconocimiento como mejor luchador de esa temporada.
El vencedor solía repetir la visita al año siguiente, pero sólo uno consiguió alzarse con el título dos veces seguidas. Hasta la fecha, eso es considerado como extremadamente difícil, por lo que el ganador un año nunca suele ganar al año siguiente. El mejor luchador de la temporada anterior, Debial, intentará, como todos los anteriores, hacerse con el título de nuevo, pero sólo unos pocos se atreven a realizar apuestas a su favor.
De pronto unas trompetas lejanas señalaron lo que probablemente sería el inicio del torneo. Los dos pequeños guerreros se dieron prisa para poder llegar a tiempo, pero ya sabían de antemano que la tarea era bastante difícil. Mientras corrían podían escuchar el sonido de las palmas de la gente aplaudiendo a los participantes. Los gritos de alegría y entusiasmo se escuchaban desde cualquier punto de la ciudad y las calles vacías eran el panorama más característico de esos momentos. Seguramente, y conforme la noche empezase a caer, los pequeños puestos cercanos al centro de las fiestas volverían a abrir, y la música, la comida y la bebida serían de nuevo los reyes, pero por el momento la atención se centraba en el campeonato de lucha.
Tras unos pocos minutos, Karib y Allen por fin llegaron al palacio, pero por desgracia para ellos, estaba a rebosar de gente y eso precisamente bueno para pasar no era. Los guardias apostados en la entrada hacia los jardines no parecían tan amistosos como los del día anterior, así que prefirieron entrar por otro sitio.
Mientras rodeaban la muralla exterior del palacio podían comprobar que los alrededores de éste estaban completamente vacíos, y la poca gente que se podían encontrar se dirigían al portón custodiado por los guardias de palacio. Las blancas murallas recorrían los jardines del castillo hasta llegar a los campos de entrenamiento donde en estos momentos se celebraba el torneo. Los dos amigos se pararon en esa zona para ver si podían trepar y llegar a ver algo del campeonato, sin embargo la altura de los muros representaban un problema a salvar, y la solución no era nada fácil para un par de chavales tan jóvenes como ellos. Las voces aclamando los nombres de los concursantes se oían tan cerca que parecía que ellos mismos se encontraban dentro de aquel recinto. El nombre que más sonaba en aquel momento era el de Dalen, que seguramente sería el que más posibilidades tendría de ganar aquel combate. Pero bueno, aquel no era el momento de embobarse pensando qué pasaba dentro.
Por fin Karib se fijó en una viga de madera que había por allí cerca que posiblemente llegaría hasta la cima de la muralla y que ellos podrían usar para escalar. Se encontraba en el lateral de una casa en obras.
- ¿No creo q la echen de menos, no? – preguntó Karib con tono pícaro
- No, y de todas formas sería tan solo un préstamo, ¿verdad?
- Claro, cuando hayamos terminado, bajaremos de nuevo y lo dejaremos en su sitio
- Ah ¿si? Digoooo, Claro, por supuesto, no somos ningunos ladrones
- Jajajajajaja. Vale Allen, voy a por, tú vigila que no venga nadie.
- Eso está hecho amigo.
Mientras Allen se quedaba en las cercanías del muro vigilando que nadie apareciese y le cogiese con las manos en la masa, Karib se dirigió hacia la casa en la que se encontraba la viga. Era una casa bastante antigua, por lo que se podía ver, construida con materiales muy rústicos para una ciudad como Ol. Piedras, madera y algo de paja. Quizá por eso la estaban reformando. Sin pensárselo dos veces se dirigió a por la viga, pero ésta era más pesada de lo que aparentaba, así que, tras varios intentos, decidió pedirle ayuda a Allen.
Sin embargo, cuando se dispuso a salir de allí escuchó unas voces que se acercaban por detrás. Se quedó quieto para evitar hacer ningún ruido a la espera de lo que fuesen a hacer esos individuos. A medida que las voces se acercaban, Karib podía entender algunas palabras, pero más le podía la idea de que le pillasen allí, robando una viga de una casa desconocida, aunque la verdad no estuviese robando, claro.

Quiénes serían. Podrían ser unos transeúntes de la ciudad, pero algo le decía que no era así.

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Ñe, tengo q cortarlo por aquí que si no se hace demasiado largo :p
Lo siento, pero de toas formas no tardaré en postear el capi 6. A ver q os parece, q uno se deprime si no me responden.....[mamaaaaa]

e broma, a demás los autores wenos somos reconocios despues de muertos....................... [pos eso] juas juas juas. Espero q os guste, pq si no.........

nos e ves
Escribes de una forma muy fluida y clara, sencilla y atando cabos. muy bueno!
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