Manuel Valle, nieto de un riosellano, nacido en Cuba y residente en Miami, será ejecutado mañana en la prisión estatal de Florida, en Starke, condado de Bradford, al norte del Estado, salvo que los recursos de clemencia solicitados a la Corte Suprema de Estados Unidos y al gobernador del Estado, Rick Scott, paralicen la orden. Si eso no ocurre, Valle se convertirá en el reo número setenta de la lista de ajusticiados por la aplicación de la pena de muerte en Florida, desde que se restableció en 1976 en 34 estados del país.
También será el primero en morir con la polémica sustancia llamada pentobarbital, una medicina para la epilepsia que en Estados Unidos se emplea como componente para inyecciones letales. El gobernador Scott firmó el pasado 30 de junio la orden de pena de muerte del reo, pero se retrasó por la supuesta inconstitucionalidad del uso del medicamento, que puede causar una agonía más lenta y dolorosa. A principios de este mes, el undécimo Tribunal de Apelaciones de Atlanta levantó la suspensión.
Valle, de 61 años, lleva 33 en el «corredor de la muerte», tras ser hallado culpable de la muerte del policía Luis Peña, en 1978, cuando tenía 27 años, en el distrito miamense de Coral Gables, cerca de donde se ubican las oficinas del Consulado español. Como quedó reflejado en el juicio y según su confesión y la de otro policía que también recibió balazos y se salvó por llevar chaleco protector, Valle disparó a Peña mientras el agente estaba en su coche, verificando el permiso de conducir de Valle. A los 45 días, la jueza Morphonius, ya fallecida, le condenó a la silla eléctrica. El nieto de Adriano Valle González, nacido el 4 de marzo de 1885 en Ribadesella, uno de tantos asturianos que partió hacia Cuba, volvió a juicio en otras dos ocasiones y ha sido sentenciado cuatro veces. El caso ha pasado en seis ocasiones por la Corte Suprema de Florida y otras tres por la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos. Los abogados de Valle han querido hacer valer sus orígenes españoles para acreditar el derecho a la nacionalidad de sus antepasados y, con ello, obtener asistencia consular y el apoyo del Gobierno español, como sucedió en el caso de Joaquín José Martínez, hijo de español y nieto de asturiana y, de momento, el único español que ha logrado salir del «corredor de la muerte», tras pasar cinco años en los corredores de la muerte de las prisiones de Orient Road y Starke, en Florida.
En Starke, Martínez coincidió con Valle, según reveló ayer a LA NUEVA ESPAÑA, desde Valencia, donde reside. «Me acuerdo de hablar con él en el patio, los hispanos solíamos juntarnos». Le recuerda como un hombre muy delgado, con aspecto de haber sufrido mucho. Martínez, que dedica gran parte de su tiempo a luchar contra la pena de muerte, calificó ayer de «extrema crueldad» el destino del reo. «Porque ya lleva más de treinta años muerto en vida y ha pagado por su delito», indicó. Donald Campbell, portavoz de Reprieve, organización británica en pro de los derechos humanos que desarrolla una intensa actividad en pro de la suspensión de la condena, confirmó ayer a LA NUEVA ESPAÑA que han enviado cartas al Rey y a la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, para que intervengan a favor de un nieto de españoles. «Tanto el Gobierno español como la Unión Europea, la ONU y la Iglesia católica han escrito al gobernador de Florida pidiendo clemencia», explicó. Campbell admitió que a pesar de aportar la partida de nacimiento de su abuelo, Valle no ha podido acreditar su origen «por el caos del sistema de registros que reina en Cuba», explicó.
Demostrar esa procedencia fue vital para Martínez, ya que tal como explicó en su día el actual embajador de España en Holanda y ex cónsul de España en Florida, el asturiano Javier Vallaure, permitió argumentar que a un ciudadano español no podía serle aplicada una pena que no se contempla en el código penal del país.
Por Valle también ha intercedido la Comisión Contra la Pena de Muerte, que preside Federico Mayor Zaragoza, con sede en Madrid. El caso, cuando aún están recientes las ejecuciones de Troy Davis, de raza negra, el pasado 22 de septiembre en Georgia, y Lawrence Russell Brewer, un supremacista blanco, en Texas, el 21, ha movilizado a parte de la sociedad americana y europea para protestar contra la pena de muerte.
El Parlamento europeo se pronunció en contra y el presidente de estados Unidos, Barack Obama, se vio forzado a aclarar que no iba a intervenir en el caso, pese a que muchos ciudadanos le pedían que lo hiciera. Con esas dos ejecuciones suman 1.269 las realizadas en Estados Unidos desde 1976.
http://www.lne.es/asturias/2011/09/27/a ... 34490.htmlhttp://www.europapress.es/latam/politic ... 90423.html