Era jueves. Los jueves Tom Asco cenaba pescado. No era una manía, ni siquiera una virtud, por no ser, no era ni una costumbre. Lo que hacía que Tom cenara todos los jueves de su vida pescado, y no carne, regía las leyes del universo. Nunca nadie las supo revelar.
El caso es que aquella noche de jueves, Tom no cenó pescado. Cenó carne. ¿Como pudo ser aquello?
La razón...se relatará en las próximas páginas...