En 1979, el psicólogo estadounidense Thomas Bouchard publicó el estudio más famoso de este tipo, con 60 pares de gemelos separados en la infancia. Había casos para todos los gustos. En un lado del espectro, estaban los gemelos James Springer y James Lewis que, tras haber sido separados un mes después de nacer, compartían gustos, aficiones y vicios (bebían y fumaban las mismas cantidades diarias). Se habían casado con mujeres llamadas ambas Linda, de las que se habían divorciado, tras lo cuál se casaron en segundas nupcias con sendas mujeres llamadas Betty. En el lado opuesto, estaba el caso de Oskar Stohr y Jack Yufe, nacidos en Trinidad y Tobago. Oskar fue criado en una familia católica alemana, y se unió al partido nazi. Jack permaneció en el Caribe, fue criado por una familia judía, y vivió durante muchos años en Israel. No es lo que uno podría esperar de una pareja de clones.
Bouchard, un defensor de la importancia de la genética, prestó mayor interés a las semejanzas que a las diferencias, pero hoy en día se ha dado la vuelta a sus conclusiones. Un análisis minucioso de sus resultados nos dice que, a pesar de las coincidencias casuales, como la pareja Springer-Lewis, la mayoría de los pares de gemelos del estudio ni siquiera se parecían entre sí.
La investigación que el equipo de Lindon Eaves, de la Universidad de Virginia, está llevando a cabo en la actualidad es mucho más ambiciosa. Eaves ha reunido una base de datos con 15.000 pares de gemelos (la mayor base de datos de este tipo en el mundo), algunos de ellos criados por separado, mientras el resto -la mayoría- han crecido juntos. Sus estudios también comparan el comportamiento de los gemelos clónicos con el de las parejas de mellizos, es decir, hermanos que han sido criados juntos, pero que no comparten los mismos genes, con objeto de conocer qué elementos de nuestro comportamiento poseen una mayor base genética y cuáles están más influidos por el aprendizaje y el ambiente. Los resultados de Eaves acerca de distintas facetas del comportamiento muestran que, incluso los gemelos univitelinos que han sido criados juntos, comparten únicamente alrededor de un 50% de las facetas conductuales estudiadas. Cada "clon" es un individuo único e irrepetible, con una historia de vida diferente, independientemente de que partan de la misma base biológica.
A pesar de las películas de ciencia-ficción y de la controversia generada por los supuestos planes de algunos millonarios, los clones reales están muy lejos de ser copias idénticas del original. Por mucho que seamos capaces de descifrar el genoma, y de multiplicar embriones a nuestro antojo, la naturaleza humana parece ser mucho más complicada que unos cuantos miles de millones de pares de bases nitrogenadas.
Según esto la cosa está al 50%, habiendo casos en los que influye el ambiente y casos en los que no, si quereis leerlo el enlace está