Desde fuera tienes que poner la dirección ip del router, y en el router tienes que abrir el puerto 80 con la ip local de tu ordenador. Abrir un puerto significa que todo el tráfico que vaya a ese puerto sea direccionado a un ordenador en concreto de la red local. Los servidores web escuchan en el puerto 80.
Para no tener que recordar la ip de tu router, o por si cambia de vez en cuando, puedes usar un servicio tipo no-ip.