Buenas,
Antes de nada avisar que se viene un tocho importante, por lo que pido disculpas. Decir que lo he escrito en parte para mí y en parte para vosotros, ya que necesitaba contarlo todo para sincerarme conmigo mismo y aclarar ideas. Obviamente no tenéis por qué leerlo, pero si lo hacéis me haríais un gran favor....
------------
El comienzo:
------------
No sé muy bien por donde empezar ya que son muchas cosas a lo largo de los años, pero imagino que por el principio. Toda mi vida he sido una persona bastane inquieta y nunca quise una vida tradicional, o al menos no era mi ideal de vida; siempre me vi más como el cuñado divorciado que como el padre de familia con un Golden y una casa con jardín. Paradójicamente es eso lo que tengo ahora.
Todo empezó cuando la que era mi novia por aquel entonces quedó embarazada siendo los dos jóvenes. Llevábamos unos dos-tres años de relación, pero yo estudiaba en otra ciudad y sólo nos veíamos los fines de semana. Aquí hay que matizar dos cosas, por un lado ella me consideraba su novio, pero yo por ella no sentía lo mismo, o al menos no en la misma intensidad que había sentido por otras parejas anteriores; por decirlo de otra forma, no me veía con ella para el resto de mi vida. Por otro he de confesar que nunca tuve claro el tema de tener hijos, y obviamente para mí no era el momento adecuado, por lo que le recomendé no tenerlo.
Añadir que ella es una persona muy religiosa, cosa que yo no; fruto de esto decidó tener a nuestro hijo. He de decir que me encontraba en un momento jodidísimo, estaba aún estudiando en la universidad y ser padre con 24 años no entraba en mis planes; además del jarro de agua fría que sería en mi casa. Afortunadamente sus padres se liaron la manta a la cabeza y decidieron apoyarnos en todo; por el contrario mis padres nunca lo hicieron de la misma forma.
Fruto de tener que asumir esta paternidad corté relación de forma gradual con los que eran mis amigos por aquel entonces; al punto de que tuvieron que pasar meses y en algunos casos años hasta que les conté la verdad. Lo peor de todo es que era por vergüenza, yo siempre había defendido ideas como: "Esto no me pasaría esto a mi, sólo le pasa a los tontos, con los medios de hoy en día....". ¿Cómo iba yo a ser padre, estamos locos?
Pasó el tiempo y gracias al apoyo de mis suegros (no económicamente) pude seguir estudiando fuera y pasar tres días a la semana conviviendo con mi novia y la pequeña. Esos tres días de la semana eran con diferencia los mejores de la semana, ya que mis suegros siempre me apoyaban emocionalmente, me daban ánimo y se preocupaban si me veían triste o decaído. Este apoyo NUNCA lo había tenido en mi casa, y prácticamente desde que comencé la carrera sólo recibía palos .... Mientras las cosas en mi casa iban mal porque mi padre estaba siempre cabreado, no quería ver a su nieta, y a mí sólo me criticaba o atacaba; si bien es cierto, económicamente me ayudaron siempre tanto con el niño como con mis estudios.
Posteriormente me surgío la posibilidad de irme al extranjero a avanzar mucho en mi carrera, lo cual era una posibilidad que no podía dejar de lado ya que acortaría lo que me quedaba de estudios casi por completo. Me fui fuera pero una vez al mes volvía por casa de mis suegros unas dos semanas para estar con mi novia y el niño. Ese tiempo fue muy duro, pero prácticamente acabé la carrera y mientras mis compañeros disfrutaban yo estudiaba y estudiaba. Mi vida se centró en eso. Durante este tiempo, mi novia cambió de trabajo varias veces, y el niño estaba o en la guardería o con mis suegros.
Todo esto hizo que surgiera en mi un sentimiento MUY intenso de responsabilidad y gratitud hacia mi novia y hacia su familia. Tanto como para sentir que todo lo que soy ahora se lo debo a ellos.
Pasó el tiempo y con la carrera terminada me surgieron diferentes trabajos, primero de becario, luego contratado y finalmente pude establecerme en la misma ciudad con mi novia y el niño. Posteriormente decidimos casarnos para irnos a vivir juntos. Ya os comenté que ella es muy religiosa y parte de su ilusión era casarse por la iglesia antes de irnos a vivir juntos. He de decir que yo me casé por inercia. No me pareció mal en aquel momento, además ¿Con quien si no? Estaba en un momento en el que prácticamente no salía, sólo tenía tiempo para trabajar, estudiar y el niño y pensaba que mis años de encontrar pareja habían terminado. Fui objetivo y empecé a evaluar pros y contras, y casarme era la mejor opción en aquel momento; todo esto pese a saber que no estaba completamente enamorado y lo que sentía realmente era una mezcla de afecto con responsabilidad.
--------
La boda:
--------
Es importante mencionar que desde que se quedó embarazada hasta la boda (>3 años), y por las circunstancias de vivir en casa de mis suegros, nuestra vida sexual se reducía a algún encuentro semanal o a veces ni eso, pero yo lo atribuía precisamente al tema de no estar casados y a no tener un sitio cómodo donde hacerlo. Además, al ser religiosa el tema de usar preservativos le podría llegar a molestar. De hecho, antes del niño teníamos más relaciones y de más calidad.
El primer jarro de agua fría llegó tras la boda. Nos fuimos de luna de miel y en diez días lo hicimos una vez. No os podeis imaginar cuanto me molestó aquello. La que era mi mujer prácticamente no tenía sexo conmigo. Además tampoco tenía con quien comentarlo, ¡Joder si hasta el mismo cura nos dijo que era importante tener relaciones para que la pareja fuera bien! ¿Qué podía hacer? ¿Me divorciaba a la semana? (quizá debí de hacerlo entonces...) Lo hablé con ella muy seriamente al volver de la luna de miel y la situación mejoró, aunque si lo veo en restrospectiva creo que todo fue por sus ganas de quedarse embarazada nuevamente. Y así fue como vino nuestro segundo hijo.
Todos los que habéis sido padres sabéis que cuando una mujer se queda embarazada el sexo prácticamente desaparece. Obviamente fui paciente y aproveché ese parón para centrarme en mi carrera profesional. Esto es otro aspecto fundamental que dejé de lado de mi persona por esa "responsabilidad con la familia", ya que siempre me sentí frustrado de tener un trabajo de menor cualificación/salario que la que me correspondía únicamente por estar cerca de ellos.
--------------------------
Mi padre y el tercer bebé:
--------------------------
Este parón duró > 2 años y finalmente conseguí medrar todo lo posible en mi trabajo en la misma ciudad cuando mi padre murió de forma fulminante. En este momento estuve realmente solo, porque aunque estaba acompañado de los niños y mi mujer, no sentí apoyo alguno. Ella no sabía cómo consolarme y yo estuve días llorando en la cama hecho un ovillo sin tener ni tampoco amigos de verdad, ya que los había perdido todos por haberme alejado y centrarme en mi familia y trabajo. Además, por el fallecimiento de mi padre vinieron una serie de problemas económicos en casa de mi madre que no sospechábamos y que casi llevan a mi madre a tener que vender su casa por las deudas que teníamos. Sí, yo también, ya que al resolver la herencia heredé esas deudas.
Conseguí encauzar la situación económica de casa de mi madre ayudándole en lo posible, lo que hizo que cada vez insisitiera más a mi mujer a que buscara trabajo nuevamente, ya que económicamente no llegábamos y los niños estaban en colegio y guardería. Aquí hay otro punto importante, y es que prácticamente desde que se quedó embarazada no volvió a trabajar y desde entonces sigue parada (> 10 años). Esto es algo que directamente no pienso porque si lo hago me cabreo; mientras que en mi casa mi madre ha trabajado toda la vida, en la suya su madre nunca desde que fue madre, lo cual parece ser el modelo a seguir para ella. Yo por mi parte necesito sentir que mi pareja se hace valer y eso es algo que he descubierto con el tiempo como una característica que necesito para sentir amor hacia otra persona.
Tras otros dos años de sexo exporádico vinieron unos meses normales en este aspecto, lo cual hizo que se quedase nuevamente embarazada. Esto hizo que se esclarecieran mis dudas acerca de que ella sólo tenía sexo como medio para procrear; mientras que para mí es necesario en una pareja. Nuevamente me esperaban dos años mínimo de no tener relaciones, lo cual hizo que me empezase a plantear ya mi vida seriamente.
-------------------
Cuando todo cambió:
-------------------
Llegados este punto yo pensaba que nuestro único problema era la falta de sexo, o eso quería ver yo. No obstante, y siendo reflexivo, esto era sólo la consecuencia de otros problemas de fondo.
Mi mujer y yo pensamos diferente en muchísimas cosas, pero yo siempre he dejado pasar nuestras diferencias precisamente por ese sentimiento de responsabilidad con la familia y por no querer entrar en discusiones. Desde creencias en Dios hasta asuntos como Aborto, Homosexualidad o Educación, asuntos que han ido saliendo y que nos han distanciado. Eso si, nunca hemos discutido, y precisamente creo que por mi actitud de ceder siempre. Si soy sincero conmigo mismo, creo que he cedido demasiado e incluso cosas absurdas como ver películas lo hago en soledad porque sé que no le van a gustar y las que ella quiere ver las vemos juntos, aunque a mí no me interesen. Esto es extrapolable a muchísimas cosas de la vida cotidiana: Desde querer salir a bailar, o querer ir con mis amigos a alguna fiesta.
El cambio comenzó hace ya tres años, cuando una compañera de trabajo (María) se iba a ir con su novio a vivir fuera. Ella, 10 años más joven que yo se planteaba si dejar la empresa o no, a lo que le dije que se fuera con él si estaba enamorada y que mientras podía teletrabajar. He de decir que ella siempre me pareció muy atractiva, pero ¿Qué oportunidad iba a tener yo con alguien 10 años más joven? Es más, ¿Cómo se iba a terciar una situación propicia? ¡Si ha dejado su ciudad por su novio! IMPOSIBLE pensaba yo. Posteriormente ella me confirmó que pensaba igual.
El asunto es que empezamos a hablar y súbitamente me vi hablando con una mujer, que no era mi esposa y lo peor de todo es que me encantaba hablar con ella. Hablábamos de todo, y como ambos sabíamos que no teníamos la necesidad de mentirnos porque no buscábamos una relación, fuimos sinceros al 100% siempre. Esto hizo que volviera a encontarme con mi YO real frente a mi yo actual, el cual era una persona sin alma, sin personalidad y dejándose llevar; ahora era una persona con criterio y sin miedo a ser aceptada o no. Esto me terminó de enganchar de ella, hasta el punto de no haber estado tan enamorado por nadie nunca.
En este tiempo la situación relativa al sexo en casa empeoró, al punto de que era prácticamente inexistente (meses sin sexo), y cuando lo teníamos me sentia mendigándolo. No hay peor sensación que sentirse rechazado por pedir sexo con tu pareja..... Tuve varias conversaciones con mi mujer, sobre que debíamos de cambiar, pero su respuesta era que era lo normal, que tras la niña y durmiendo en la cuna en nuestro cuarto era muy difícil. Hablé con amigos casados y siempre me dijeron que solía pasar, pero esto no me parecía para nada correcto; sobre todo porque aun cuando la niña salió del cuarto no mejoró.
Recordemos que María estaba fuera, por lo que minimizábamos el riesgo, y por tanto la cosa fue subiendo de nivel, al punto de tener conversaciones abiertas de sexo en las cuales ya nos quitamos ambos las vendas. Todo culminó con que ella volvió a la oficina una semana y nos besamos. Juro que nunca en mi vida había sentido tanto con un beso, fruto imagino de la mezcla de prohibición con el deseo que tenía de besar a alguien de verdad, más allá de los besos de cordialidad o de mendigar sexo que tenía. Tras ese beso me temblaba todo y pensaba que me iba a morir. NUNCA fui infiel anteriormente, y no me siento orgulloso, pero tampoco me sentía del todo culpable ya que no tenía en casa ni la pasión ni el apoyo emocional; lo cual era incluso más importante.
Finalmente mantuvimos relaciones, las cuales, como imaginaréis fueron de película. Horas, literalmente, de sexo increible. Tanto para mí como para ella. Un deseo irrefrenable nos ataba, y nos hacíamos cosas que ni hubieramos soñado ambos. (No quiero alargarme aquí pero sinceramente no hay palabras para describirlo). No obstante, ella volvía con su novio fuera de España y por tanto creíamos que iba a quedar en esto la cosa.
---------------
Aquello siguió:
---------------
Llegados este punto, continuamos hablando a diario y nos acabamos enamorando ambos. Ese enamoramiento del que todas las canciones te recuerdan a ella, escribes correos (no miento si digo que tenemos >800 correos entre nosotros), y prácticamente todos los días eran buenos únicamente por esta persona.
Ambos continuamos con nuestras parejas y llegó el COVID. La pandemia hizo que fuera más difícil vernos y más de una vez dejamos de hablar, sobre todo por su parte, ya que por la mía sabía que quería seguir adelante con ella. En mi casa la situación fue cada vez a peor en el plano sexual, al punto de pasar aún más meses sin tener sexo, pero no me importaba, porque podía hablar con María. Llegados este punto he descubierto que soy una persona que puede tener pocas relaciones sexuales siempre y cuando sean de calidad, pero lo que necesito realmente es sentirme apoyado, querido y sobre todo deseado. Nada de esto lo tenía en casa; y María tampoco en la suya.
-----------------
Ella dio el paso:
-----------------
Esta situación duró casi dos años en los que nos veíamos muy de vez en cuando, pero siempre que lo hacíamos era demasiado bonito para ser real. Finalmente ella dejó mi empresa y ese mismo verano cambié yo también de trabajo. Debido a esto ella podía viajar menos a España, pero finalmente dejó a su novio. Ella no lo dejó por mí, ya que intentó salvar la relación varias veces, sino que lo hizo para estar soltera un tiempo y aclarar sus ideas. Creo que en el fondo sentía que había dejado de estar enamorada de su novio y las diferencias entre ambos se fueron acrecentando.
En mi nueva empresa tenía posibilidad de viajar y estando ella soltera quedamos varias semanass en las cuales estuvimos de turismo como una pareja. Cenar, cocinar, bailar, pasear, etc.... Literalmente un cuento de hadas. He de decir que al momento de escribir esto llevo 1 año y 6 meses sin tener relaciones con mi mujer, y realmente ni me apetece ni sabría como hacerlo.
Fue pasando el tiempo y pasó lo que yo más temía hace un par de meses, ella se sentía mal por estar perdiendo el tiempo conmigo, ya que yo por otro lado seguía con mi mujer. Lo entendí, pero tenía tal dependencia emocional hacia ella que sentí que me moría. Estamos hablando de pasar de hablar horas con una única persona a no tener a nadie a quien contarle como te sientes. Pasé tres días en los que pensé por todo, y nada bueno. Por suerte pude abrirme con un amigo y fui a terapia rápidamente, porque de verdad no sé que habría sido de mí. Obviamente todo esto quedó para mí y en casa no supieron nada.
Esto duró unas semanas donde cada día tenía más claro cuales eran los pasos que tenía que dar y dejar a mi mujer, aunque no fuera por María, ya que lo que me esperaba era quedarme soltero y volver a rehacer mi vida y encontrarme conmigo mismo a los 35 años. Si María formaría parte de ese futuro no lo sabría y esto lo hacía aún más difícil, ya que con tres hijos y mi mujer sin trabajo me sentía muy muy egoista por mi parte. Yo sé que a mi mujer no le va a faltar de nada, y a mis hijos tampoco, pero siendo mi mujer muy religiosa esto era un golpe duro de encajar; y menos aún cuando los motivos de cara a la galería son injustificados.
----
Hoy:
----
Seguí con la situación en casa y hablando menos con María, pero nuevamente la vida me vino con más problemas y mi madre enfermó. Quiero decir que mi madre es la única familia directa que tengo en la ciudad donde resido, además de mis hijos, por lo que si la pierdo a ella no tendría a nadie a quien "justificar" esta decisión salvo a ellos; y ahí tengo un miedo atroz a perderlos.
Debido a lo de mi madre, María volvió a brindarme apoyo emocional, ese apoyo que mi mujer no me daba y lloré con ella por teléfono y volvimos al punto anterior al cual hablábamos todos los días y nos contábamos todo. Con eso y con la ilusión de verla en unas semanas yo era feliz, a fin de que lo de mi madre pasase y poder tomar la decisión.... Pero finalmente María no ha podido más y se ha cansado de esperarme, por lo que actualmente no puedo hablar con ella.
Vuelvo a estar aislado, con un único amigo al que poder contarle todo. Actualmente si mi situación no cambia no tengo más ilusión por vivir que el de ver a mis hijos crecer, ver sus sonrisas y recibir sus abrazos. Cero ilusión por vivir un mañana donde mis hijos se hayan ido de casa y esté solo junto a una persona a la que quiero fraternalmente pero a la que no amo y pensando que he desperdiciado mi vida.
La alternativa a seguir así es divorciarme, hacerle daño a lo que más quero, mis hijos, y a mi mujer, que, aunque no la ame sí la quiero y al ser religiosa veo dificil que pueda rehacer su vida con otro hombre (no me cabe duda de que si dejase la religión de lado tendría cero problemas en esto). Digo más, esya opción pero sin María es aún más dura, porque al menos con ella tenía ese apoyo emocional que no tengo ahora.
He pensado en volver a terapia, pero tener que hacerlo a escondidas es algo que me hace sentir mal también. Finalmente estoy en una encrucijada en la que todos los caminos son negros y no veo escapatoria buena.
Resumen: Tengo una vida "ideal" de cara a la galería en todo; pero no soy feliz y sólo veo problemas en las posibles soluciones que se me ocurren.