Ahora... ya en serio.
Cuando nací, sabía que el único propósito de mi vida era ver esta noticia de julio del 2010: sabía de un tal Ronaldo que vivía en Madeira y tenía cinco años. Pronto iba a ser grande. Y toda mi vida la pasé deseando que él se cortara pintara las uñas. Hasta hoy: llegó el día fatal. Ahora todo lo que era mi vida... se ha deshecho. Sólo debo rehacerla o seré un muerto en vida.
Vaya, era pintar. Cortar, ¡no, que eso lo hace a menudo!