La cosa tiene mucho futuro, pero también bastantes problemas no sólo éticos sino biológicos. Crear un ser vivo no es hacer un bloque de hormigón o un ordenador, es crear algo que muta de manera espontánea y que uno no puede controlar, pudiendo pasar de ser la salvadora de todos los males a convertirse en un bicho capaz de liar otra peste negra sin enterarnos. Esto tiene mucho futuro, pero muchos inconvenientes que ni con ensayos clínicos se podrían evitar.
De todas formas, por muy jefe que sea el Venter, parece que sigue en sus trece de patentar todo lo que huela a genes. Espero que no le dejen patentar este nuevo organismo, porque sentaría un precedente muy malo.