Estabamos esta tarde 3 colegas. A uno de ellos se le antojó un helado. Entra en un bar a ver si estaba el que quería. Yo y mi otro colega nos quedamos a las puertas del bar, que estaban abiertas de par en par. Me apollo en una, y siento que mi oreja derecha se mueve. Un alopécico de edad media, al parecer el dueño del bar, me dice "Qué, ¿Te pesa la cabeza?" Me lo tomé a bien, a broma vamos, me aparto de la puerta y él pega esta completamente contra la pared. A continuación, nos sentamos en uno de los 4 taburetes (sin mesa) que había fuera del bar, a ver si salía el colega del helado. Por segunda vez, el dueño se nos acerca y nos dice:
-Qué, ¿Vais a consumir?
-No, estamos esperando a un amigo.
-Pues a la puta calle.
Me cago en su puta madre. Luego recuerdo que nos dijo incluso que nos vayaramos a la acera de enfrente, el capullo de mi amigo se fue, pero por mis santos cojones que yo me quedaba allí de pie. Al principio, pensaba que estaba en plan coña, pero luego me tocó los huevos. No se si tenía ganas de cachondeo o era gilipollas a secas.
Nota para los más asilvestrados: El puto calvo en cuestión, me doblaba en edad y peso; soy un adolescente imberve, así que el cuerpo a cuerpo no procedía.
Un saludo.