Bound

Ya tenemos disponible lo nuevo de Santa Monica y Plastic Studios, Bound. Si el juego aquél del que despotricamos como perros un huevo tras el hype montado por el anuncio de la presentación del nuevo juego de Santa Monica y luego nos encontramos con la bailarina esta saltando entre cuadrados de colorines.

Pues bien, llevo un par de horas con él. ¿Qué decir?. ¿Es un walking simulator? No pero si. ¿Es un juego con jugabilidad normal? Si pero no.

Lo mejor del juego, sin duda, su acabado técnico (1080p/60 fps sin mariconadas) y artístico y el trasfondo narrativo que destila desde el segundo cero. A partir de ahí, nos encontramos un juego en el que elegimos libremente el orden por el que hacer las fases (no recuerdo el número pero creo que poco más de 5), fases en la que manejamos a la bailarina por unos escenarios con plataformas de las que no nos caemos jamás (si tenemos activado el modo sin caídas) o de las que nos caeremos casi siempre (si no tenemos activado el modo sin caídas) -os juro que no me estoy quedando con vosotros-, y todo ello debido a un control bastante tosco e impreciso.

¿Exploración? La hay pues la chicha de esto está en encontrar unos fragmentos de memoria (como los anillos del Sonic pero sin el ding-ding y feos de cojones), algunos escondidos (si eres Serafin Zubiri) y porque creo que al terminarlo se desbloquea un modo contrareloj gracias al cuál tendría tino los distintos caminos que se nos ofrece (si, a veces hasta.......2).

He dicho que somos una bailarina,¿verdad? Pues cómo si fuéramos una camarera, una reponedora de Mercadona, o una controladora aérea porque los bailitos que se pega la nota, sólo me sirven (manteniéndo el R2 apretado unos interminables 3-5 segundos) para crear un escudo para que no me den las bolas y triángulos que están volando todo el rato por ahí, luego con el círculo ruedas (sólo he tenido que pasar una vez por un hueco chico), esquivas con el cuadrado (si en las dos últimas fases encuentro algo que esquivar os lo contaré) y saltar (o algo parecido) con la x .

En fin, que muy bonito, que seguro que tiene un fondo de cojones que los cacho carne con ojos como yo (cuando cojo un mando de una Playstation) no sabremos apreciar, pero jugablemente impreciso y aburrido. Eso sí, esconde una de esas historias intimistas que no van del salvar el mundo y todo eso que puede que haga saltar la lágrima de turno a los flojos que se morirán de pena cuando el crio o el bicho de The Last Guardian o los dos, la palmen.

Saludos
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