Juzgada por ir borracha y exhibirse medio desnuda en un avión
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/09/1 ... 82465.htmlClare Irby debió pensar que 11 horas de vuelo entre Bangalore y Heathrow eran demasiadas y le dio por beber. Y no una copita con la comida: tres botellas a piñón y en apenas 90 minutos.
Así las cosas, no es de extrañar que posara los pañales sucios de su hijo sobre una fila de asientos vacíos y que le dejara correr a su libre albedrío por el pasaje como Dios le trajo al mundo. Signos de que algo no iba bien que atrajeron las miradas de soslayo de las azafatas y los rostros estupefactos de los pasajeros.
Y, sin embargo, aquellas fueron sólo muestras de lo que se avecinaba: una deriva etílica formidable que ha terminado esta semana en un tribunal de Londres.
Irby acaba de cumplir los 30 años y no se le conoce oficio ni beneficio. Sería una de las muchas madres solteras de la capital si no fuera porque su nombre está en el árbol genealógico de la familia Guinness y porque su abuelo estudió en Eton y fue presidente de uno de los bancos con más solera de la City.
Detalles que se antojan irrelevantes con cuatro copas de más y a 10.000 metros de altura y que de ningún modo ablandaron al sobrecargo ni a las azafatas que tuvieron que vérselas con su melopea.
Pidió grandes cantidades de vino
Según explicó una de ellas al juez, el alcohol excitó la agresividad de Irby, que empezó a llamar compulsivamente a las azafatas. "Apretaba el botón", recordaba la testigo, "y cuando íbamos a ver qué quería nos llamaba putas. No estaba contentilla: estaba completamente borracha. No se le entendía nada y no dejaba de pedir más vino".
Informado de su estado, el capitán ordenó a la tripulación que dejara de servirle alcohol. Una orden que no hizo sino poner a Irby en el disparadero y recrudecer su guerra contra las azafatas. "Nos dijo que le habíamos robado sus diamantes", dijo la testigo, "y que debíamos darle una botella de vino a modo de reparación por ellos".
Por supuesto los diamantes aparecieron y a la pasajera beoda le dio entonces por cambiarse de ropa. Una operación que no acometió dentro del baño sino a la vista de todos, despojándose de su falda amarilla y dejando ostentosamente el tanga al aire por unos minutos. Demasiado para los estándares del pudor británico y para el aguante de sus compañeros de vuelo, que para entonces debían de estar intrigadísimos con su deriva.
Y eso que lo mejor estaba aún por venir. Porque las estrecheces de la ley seca hicieron que Irby se decidiera a seducir primero a uno de los pasajeros y a magrearse luego con él debajo de una manta sin importarle que su novia durmiera plácidamente en el asiento de al lado.
"
El hombre se inclinó sobre ella y manoseó una de sus tetas", dijo una de las azafatas, "
mientras, el niño se paseaba llorando por la cabina. Su madre estaba demasiado ocupada con aquel hombre".
El magreo lo frenó en seco la novia del tipo, que se despertó y lo pilló en plena faena con Irby. La tripulación tuvo que tranquilizarla porque quería emprenderla con los dos antes siquiera de que el avión llegara a pisar suelo británico.
Clare Irby fue detenida por la policía a su llegada al aeropuerto de Heathrow y entonó el mea culpa por la borrachera. Lo que no evitó que se le abriera un procedimiento penal que todavía no ha terminado.
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Hola,
Yo a lo máximo que puedo aspirar es que me toque en la butaca contigua una feucha tipo Rossy de Palma. Por cierto, ¡pobre hijo! ¡Mira que tener por madre a un putón verbenero borracho!
Saludos.