Buenas,
Hoy vengo a contaros otra de esas muchas historias que hay en este subforo de malos momentos que pasamos en algunos momentos de nuestras vidas. No espero, evidentemente ningún tipo de respuesta al sentido de la vida ni nada, simplemente desahogarme un poco y compartirlo con vosotros, igual que muchos de vosotros habéis compartido situaciones complicadas en las que os habéis encontrado
Os pongo un poco en situación, ahora mismo tengo 20 años, cumpliré 21 en algo menos de mes y medio, vivo en un pueblo a las afueras de Bilbao con mis tíos y acabo de dejar, tras tres años, la carrera de física.
No la he dejado porque no me guste, es que, intentando ser lo más objetivo posible, no me considero capaz de sacarla. En mi primer año de carrera, me fui a la complutense, muy motivado y con unas ganas increíbles, pero me di con un muro con el que muchos de los que estéis en carreras de este tipo estaréis acostumbrados a ver chocar gente, y es que pese a que en el bachillerato no tenía ningún problema y sacaba notas muy buenas, el ritmo de estudio y mis capacidades eran insuficientes para el nivel de la carrera, no es que no estudiase, pero podría estudiar más, cierto. Terminé primer año aprobando dos de ocho asignaturas, y recuperando solo dos en septiembre.
Viendo la situación y sabiendo que yo quería ser físico entré a segundo de carrera con las ideas bien claras, y es que iba a estudiar bien y cumplir mi puto sueño. Empecé a vivir en la universidad, entrando a las 9 de la mañana y saliendo a las 8 de la tarde todos los días estudiando y estudiando a saco, pero terminó el curso y había aprobado solo tres de once (las tres más fáciles). Esto me jodió muchísimo, notaba que daba igual cuánto me esforzase, no iba a poder conseguir lo que quería. Desde que tenía 12 años y descubrí lo que era la física, eso es lo que había querido, entraba al instituo todos los días pensando que era un paso más para conseguirlo, y ahora lo veía inalcanzable, no soy psicólogo y no sé si sería objetivo diagnosticarme a mí mismo, pero diría que estaba muy deprimido y, aunque no tenía valor para suicidarme, de verdad quería morirme, prefería estar muerto antes que no ser físico.
Todo esto nos conduce a este tercer año, tras hablarlo con mi familia, me sugirieron que me viniese a Bilbao ya que tengo casa y estaría más tranquilo, así que, al contrario que el año pasado, probase a coger muy pocas asignaturas y estudiar relajado, aunque tuviese que sacar la carrera en 8 años, que fuese a mi ritmo. No es que me hiciese mucha ilusión ir tan lento, pero bueno, me pareció una buena idea.
Así, comencé el curso con asignaturas que ya había cursado dos e incluso tres veces, centrándome principalmente en la que más me gustaba, no es que no hiciese caso a las otras, pero como ya las había estudiado, (y algunas las tenía aprobadas, aunque no convalidadas) no iba a las clases, simplemente iba haciendo los ejercicios por mi cuenta y dedicaba todo el tiempo posible a la importante. Finalmente no aprobé ninguna de las cinco.
Esto fue un palo muy grande, pero con la ayuda de una amiga (sin la cual no sé qué habría hecho, da igual cuanto le agradezca, no será suficiente), conseguí superar la fase "muerte antes que no físico" y di el paso de dejar de perder el tiempo intentando sacar una carrera que no soy capaz de sacar, especialmente porque le estaba empezando a coger asco, y eso es algo que no quería, así que me fui de la carrera.
Y finalmente llegamos a la actualidad: no encuentro nada de motivación para nada, toda la vida había querido ser físico y nunca pensé que no podría conseguirlo, no tenía plan B (bastante prepotente por mi parte, lo sé

) así que ahora todo está bastante vacío. Aunque suelo ser una persona bastante sociable y tengo muchos amigos por toda España (me mudaba mucho de niño), las veces que he vivido en el País Vasco me ha sido imposible hacerme un grupo estable (me suelen decir que es porque aquí existen algo llamado "koadrillas" y es muy complicado entrar o salir) y, aunque esta vez sí tengo gente con la que quedo a veces, evidentemente ellos siguen en sus estudios y no puedo pedirles que los descuiden para hacer cosas conmigo, así que me levanto por las mañanas para no hacer más que jugar alguna partida online para hablar con mis amigos, sin excesivas ganas tampoco, e ir a entrenar voleibol tres días por semana, que es lo único que me consigue pasarlo bien un rato, la verdad (aunque soy muy malo todavía

).
Hay muchas cosas que querría hacer y ahora que tengo tiempo libre puedo, como tocar un instrumento, aprender a hacer muchos platos que todavía no me salen muy bien, encontrarme alguna pachanga de basket, ponerme muy en forma, programar o incluso estudiar para el año que viene (estoy intentando volver a Madrid para estudiar estadística aplicada) pero me falta cualquier tipo de ganas de hacer nada, en cuanto me pongo con cualquiera de esas cosas, lo dejo al cabo de poco tiempo por falta de ilusión. Incluso me he ofrecido como profesor particular para chavales de instituto (tengo anuncios en internet y el pueblo empapelado

) pero tampoco he tenido mucha suerte y no me han llamado.
No considero que esté deprimido, en absoluto, estoy parcialmente feliz, tan bromista como siempre y, aunque parezca irónico, con ganas de comerme el mundo, simplemente eso, me falta motivación para todo.
En fin, me prometí a mí mismo que esta vez no sería un tochaco
![como la niña del exorcista [360º]](/images/smilies/nuevos/vueltas.gif)
, ¿vosotros qué pensáis? ¿Os ha pasado alguna vez o debería dejarme de mierdas y actuar ya?
Muchas gracias, como siempre, chic@s, sois los mejores.