Si la clase política está en contra pero hay muchas más firmas de las esperadas, el debate sobre la tauromaquía aquí va a cambiar. Se votará que no, pero se sabrá que hay un movimiento creciendo, y quien sabe si algún político populista lo aprovecha algún día para sus intereses, y acaba pasando lo que en cataluña.
Es pensar a largo plazo, algo a lo que no está acostumbrada la gente por aquí, pero que funciona.