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Un edil de Vic reúne 800 firmas contra una iglesia impulsada por inmigrados
JOAN SERRA - 01/03/2006
VIC
"En Premià conseguí que no se abriera una mezquita en una calle céntrica. Y estoy muy orgulloso de aquello". No es la frase más contundente que ha pronunciado Josep Anglada, concejal de la Plataforma per Catalunya (PxC), en un pleno del Ayuntamiento de Vic, pero sí la última. La pronunció en la sesión del lunes, marcada por el debate en torno a la apertura de una iglesia cristiana pentecostal, impulsada por inmigrantes subsaharianos, en el barrio del Remei. Anglada había amenazado con convocar una manifestación similar a la que gestó en el 2002 en Premià y en el pleno presentó 800 firmas, que deben validarse, de vecinos.
Ante los impulsores del centro religioso y media docena de ciudadanos del Remei afines a su discurso, Anglada acusó al equipo de gobierno de CiU de falta de valentía y subrayó que su intención era que el sur de la ciudad no se convirtiera "en un gueto". El contenido xenófobo de sus palabras ya no sorprende en el Consistorio. Anglada irrumpió en las últimas municipales con un discurso racista y su partido se hizo con una butaca en Vic y otra en Manlleu. El líder de la PxC ha conseguido distorsionar el fair play que siempre había caracterizado la vida política de Vic. Consciente de la llegada de inmigrantes, colectivo que en Vic ya representa el 25% de la población, Anglada ha aprovechado los roces de convivencia para ganarse a los vecinos molestos.
El último ejemplo ha sido la presión ejercida ante la posible apertura de una iglesia cristiana pentecostal en el barrio del Remei, el más mestizo de la ciudad. La asamblea de vecinos aprobó recurrir a Anglada, aunque el presidente de la escalera afectada ni convocó la reunión ni compartía la decisión de contactar con el edil. Gestado el conflicto, el Ayuntamiento intercedió para hallar una solución de consenso, que se hizo pública el lunes. Los impulsores del centro, que cuentan con el apoyo del párroco del Remei, renunciaron a la apertura de la iglesia y el alcalde, Jacint Codina (CiU), se comprometió a encontrar un local donde puedan desarrollar las prácticas religiosas. "No es normal que en un Estado democrático las iglesias deban irse a los polígonos industriales. Así no conseguiremos la convivencia", afirmó el alcalde.
Mientras algunos ediles se lamentaban por el ambiente crispado del pleno del lunes, Anglada sacaba pecho: "El alcalde me tiene miedo", aseguró. Tal devoción por el orden ciudadano le ha llevado a proponer el cierre de comercios de inmigrados y a denunciar infracciones de tráfico cometidas por coches conducidos por ciudadanos subsaharianos.
Las intervenciones de Anglada en los plenos del Ayuntamiento de Vic acostumbran a contener afirmaciones racistas, aunque el edil rechaza este calificativo. "Un moro siempre será un moro", afirmó en una sesión de abril del 2004. "La inmigración era, es y será un problema", comentó en mayo del 2005.
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La web del partido este es:
http://www.pxcatalunya.com/
A ver si el ejemplo de estos catalanes valientes cunde por España, que ya es hora de dejar de lamentarse por internet y pasar a la actividad. Es curiosa la lamentable redacción de la noticia por parte del diario.