Es la voz de la codicia
con manos de porcelana,
con la cara de muñeca
con el murmullo que emana
de una ansia comprimida
en el sudor de la mañana.
Escondido en el viento
entre chaquetas de pana
con las manos escondidas
de una canción tan insana
como puede ser morir
en la luz de su mañana.
Por eso lloro tan lejos,
desechándo luz humana
que me ayude a guiarme
escondido entre la lana
con las orejas del lobo
y el clamor de su mañana.