Segundo salto temporal: Vacio


Dice una de las leyes de Murphy que si algo se tiene que poner mal, no dudes que se pondrá mal, y en el momento menos oportuno. Sabia persona ese Murphy.

Final de curso en mi tercer año universitario, su primer y desastroso curso. Una cita, tanto tiempo después de aquel primer te quiero me hizo volver a recuperar una llama, una ilusión que creía perdida. La vida me tenía que enseñar una de sus más duras lecciones, y mientras mi espíritu juvenil con 21 años se alegraba por esa cita tanto tiempo deseada, la vida se reía con carcajadas tristes viendo lo que iba a suceder. Hundimiento. El suelo es mucho más duro de lo que te cuentan. El infierno debe parecerse a mi estado de ánimo posterior a la cita. El sentir del amor daba paso al sentimiento del odio continuamente y viceversa. Niña creída. No te diste cuenta del daño que hacías a aquel muchacho en ese momento. Lo viste después, cuando el paso del tiempo hizo que lo sufrieras en tus propias carnes con [color=purple]Estilo
.

Afortunadamente el tiempo se encarga de correr un velo y mi mano siempre ha estado dispuesta para ayudarte a levantarte, no quiero que sepas cómo es el suelo realmente, basta con que yo lo haya conocido y me haya tenido que levantar sólo. No me cuestra trabajo ofrecer mi mano a todo aquel que la necesite. Algo que tú ya conoces bien. Eres tan frágil que juraría que lo necesitas por instinto.

Vuelvo a recordar las situaciones mientras escribo, y mi corazón late con una violencia increible. La vida te enseña a controlar las emociones de una forma asombrosa, y el único esbozo de ese latir desacompasado es la sonrisa cínica que cruza mi cara. Y la tristeza del notar el paso de una sombra de amor por mis ojos.
[/color]
Me tienes en asquas y al final voy a odira a N

Saluditos.
1 respuesta