Mmmmmmmmm... veamos, dile a tu padre que has decidido pintar la casa, que te compre un rodillo, una brocha y unas latas de pintura. Levántate todos los días a las seis de la mañana y ponte a currar hasta las ocho de la tarde (parando para comer, oye, que yo no soy ninguna negrera).
Si después de cuatro días así no estás deseando volver a tus 13 años, es que eres masoca. En tal caso, serás feliz cavando zanjas.
Anda, disfruta de tu edad. Cada cosa tiene su momento, y créeme, tiempo para trabajar vas a tener mucho.