En una esquina, en una esquina estaba esperando y mientras mi cabeza despejada por el frio, pero atormentada por el destino, funcionaba a mil revoluciones pronuncie su nombre.
Lo pronuncie tres veces, pero nadie se me mostro.
Lo pense tres veces, pero nadie aparecio.
Dentro de mi lo grite, y espere, espere mirando a la gente, creyendo que vendria a atender mi peticion, pero tras unos minutos, nadie llego.
Jure, perjure, suplique, me arrastre, blafeme... pero no aparecio.
Me fui decepcionado, desilusionado, creia que vendria, pero no aparecio.
Tras este suceso deje de creer en el, pense que sus servicios, eran objeto de tradicion popular, viejas leyendas contadas por abuelos que a su vez, se las habian contado sus abuelos.
Al final me di cuenta y supe quien era el, a lo mejor mi oferta no era lo suficientemente interesante para el, pero si para mi.
Supe quien es, baje a mis propios infiernos y alli le vi.
Y me di cuenta que no le necesitaba, simplemente, queria vender mi alma a alguien que jamas puede comparla, puesto que el comprador, no era otro que yo.
Un saludete,
katolo.
