Corazon de acero. Capitulo 4: Excavacion

CAPITULO 4: Excavación

Era un día caluroso, más de lo habitual incluso para esa época el año. La peculiar trayectoria que seguía el planeta originaba fuertes oscilaciones climáticas pero la estación seca estaba siendo muy dura esta vez. Una fila de tiendas de tela se alineaban en torno al punto de entrada de la mina donde la actividad no era demasiado intensa, sin embargo, en el interior se escuchaba el bullicio de las voces de un gran numero de hombres. Thomas era un trabajador de cuarenta años que perforaba con afán una de las paredes de la mina con un artefacto excavador. Sus brazos apretaban con fuerza la punta del artilugio contra la pared mientras pequeños fragmentos de piedra saltaban contra su cara golpeando en el visor de protección. La erosión era progresiva y solo se detenía cuando encontraba una veta, en ese momento se apresuraba a cambiar su taladro por un tubo aspirador que depositaba el metal liquido en un contenedor especial. Cada vez que su contenedor estaba lleno realizaba una señal luminosa con su linterna para que vinieran a recogerlo.
La jornada no estaba siendo demasiado productiva, apenas había reunido la mitad de un cilindro y llevaba dos horas de trabajo. Se sentía cansado pero pensaba en su hija y reiniciaba el trabajo con mayor intensidad. Una explosión precedida de un ruido seco sacudió de improviso la gruta. Parecía que alguien había sufrido algún accidente manipulando las cargas de perforación. No era habitual que algo así ocurriese ya que la mayoría de los colonos tenía experiencia con ese material, sin embargo cabía la posibilidad de que algún componente fuera defectuoso. Todos abandonaron inmediatamente sus tareas y levantaron la cabeza en dirección a las escaleras que conducían a la salida. El capataz les hizo una señal pidiéndoles calma y se dirigió hacia la luz. Avanzaba con paso cauteloso, tanteando con su mano izquierda la pared por la que avanzaba. Comenzó la ascensión de los escalones y en pocos segundos desapareció de la vista de todos. Lo único que se oía en la caverna era la respiración fatigosa de los colonos por el terrible trabajo que minutos antes estaban realizando. Thomas se sumó a sus compañeros en la creciente espera. Un bloque de tierra cayó rodando por las escaleras y segundos después un bloque más al que siguió el cuerpo ensangrentado del capataz.
- ¡Salgamos a la superficie!- gritó una voz.
En la mente de todos los trabajadores estaba presente la causa de la tragedia, los animales salvajes conocidos entre la población como Zarnas. Si se quedaban en la cueva serian masacrados, en cambio, si salían a la superficie tendrían alguna oportunidad de escapar. Una marea humana se abalanzó hacia la salida, las herramientas quedaron abandonadas al instante y los hombres se amontonaron en el embudo que conducía al exterior. El cambio repentino de la oscuridad a la luz dejó cegados a la mayoría de los desesperados colonos. Thomas entreabría los ojos mientras se acostumbraba al poderoso sol que iluminaba el día. Sus expectativas no se vieron cumplidas, no había rastro de los animales pero si de la explosión. Una de las tiendas había quedado completamente calcinada. La excitación fue rápidamente sustituida por el estupor en el grupo humano, allí no quedaba ni rastro de los Zarnas y no era normal que se retiraran tras atacar. El murmullo se hizo generalizado -¿Que demonios ha pasado aquí?- se preguntaban muchos de ellos. Un grupo de hombres se acercó a los restos de la todavía humeante tienda de campaña, apenas quedaban en pie dos retorcidos trozos de metal.
Un grito rompió la calma, uno de los colonos se retorcía en el suelo en medio de un charco de sangre. No se apreciaba bien su herida pero sin duda debía ser profunda. En el lapso de un segundo una explosión volatilizó a cinco hombres que se encontraban en el lado opuesto al herido. Sin dudarlo un instante Thomas se tiro al suelo, en ese momento una segunda explosión hacia saltar por los aires un nutrido grupo de mineros. Esta vez pudo distinguir con claridad la causa de la misma, se trataba de un disparo de energía efectuado con algún tipo de cañón. La trayectoria indicaba que procedía de la densa jungla situada al sur del claro, esforzó su mirada tratando de distinguir al agresor y pudo verlo con claridad. Una imponente figura acorazaba estaba agazapada entre la vegetación apuntando hacia el grupo con lo que parecía ser su propio brazo. No podía moverse, se encontraba paralizado por el miedo y sus compañeros seguían cayendo a causa de las explosiones. Por un momento notó como el suelo temblaba con una intensidad inusual, con su cuerpo totalmente pegado al mismo sentía las vibraciones con claridad. Para su asombro, la causa eran las pisadas de la figura que se ocultaba unos instantes antes. Se desplazaba con movimientos gráciles mientras despedazaba a los pocos supervivientes que quedaban en pie tras las explosiones, sus brazos eran ahora dos enormes cuchillas relucientes que poco a poco se iban tiñendo de color carmesí. Casi sin darse cuenta, Thomas se convirtió en el único hombre que quedaba vivo en todo el campamento y contemplaba con asombro como tres figuras más surgían de la espesura para unirse al asesino de su grupo de compañeros. Su corazón dio un vuelco al comprobar como el ultimo recién incorporado dirigía su cabeza hacia donde estaba él. En un instante, el sol se cubrió para el hombre debido a la sombra que proyectaba el descomunal ser de brillante metal. Unos instantes antes de morir pensó que esta era la causa de la desaparición de las dos anteriores expediciones, nunca se había tratado de animales salvajes. La imagen de su hija dormida en su regazo cuando apenas tenia tres años fue lo ultimo que paso por su cabeza antes de que esta fuera seccionada traumáticamente de sus hombros.


La hora de la comida transcurrió con rapidez para todos los presentes en el comedor. Una nueva sirena indicaba la obligación de volver a las tareas de la tarde, ante lo cual los presentes se levantaron en orden dejando sus bandejas en las mesas. Robert hizo lo mismo y recogió su bolsa, al instante su hermana y Edward le imitaron. En el hangar les esperaban ya el jefe de sección y la mujer que aguardaba la segunda parte de la demostración. Sin necesitar una nueva orden los tres jóvenes se introdujeron de forma progresiva en la piscina. En pocos minutos formaban al lado del jefe de sección mirando al frente con aire marcial.
-Es hora de demostrar el potencial de combate del que poseemos- retomó el jefe -Robert, por favor, muéstranos un poco mejor lo que puedes hacer.
El joven se situó a cuatro metros del grupo y tras lo que pareció una profunda respiración realizó un movimiento brusco que le situó en posición de guardia. Súbitamente su brazo derecho se transformo en una gigantesca guadaña, para convertirse segundos después en una afilada cuchilla. El metal fluía continuamente formando diversos tipos de armas, hasta que construyó lo que parecía ser un grotesco cañón. Un iridiscente destello azul bañó la sala en el instante en que Robert disparó su arma. La crepitante esfera de electricidad se estrelló en la pared del fondo dejándola levemente oscurecida. Unos sonoros aplausos rompieron el silencio posterior a la explosión. La mujer mostraba una cara rebosante de satisfacción y asentía con la cabeza. Sin mediar palabra y ante el asombro de los presentes, Ed se acercó corriendo a su compañero, sus pies despidieron chispas contra el suelo debido a la brutal inercia que había adquirido y le propinó un tremendo golpe con su brazo izquierdo, ahora convertido en un gigantesco martillo de batalla. El golpe se detuvo contra la armadura de Robert, que respondió con chisporroteos eléctricos, su cuerpo se deslizó hacia atrás unos metros hasta detenerse por completo.
-Como puede ver nuestras armaduras también pueden defendernos- rugió Ed a través de su armadura -¿Podemos acabar ya con toda esta farsa?
-Por supuesto que si, estáis contratados- culminó la mujer.
Para la semana que viene no habra capitulo (vamos todos, un largo ooooooooohXD )porque estare fuera, aunque supongo que podre entrar de vez en cuando al foro.
Feliz Navidad a todos!
XDXDXDXD
lastima q nos hagas esperar para ver el siguiente ;)
pero q leches son fiestas no?
amigu este capitulo esta muy bien, creo q ya se cuales son los enemigos de Edward, Robert and his sister:O :O :O (patidifusos os he dejao con mi guiri jijijijiji)
lo q me ha dao lastima es q mataran a todos los mineros como chinches :( y veo q me he quedado con las ganas de leer mas :)
espero q no nos tengas hasta el año q viene ;) sin leerte de nuevo amigu jijijiji

taluego y salu2 :P
Y va a más, me encanta temjin, es excelente y como dije el último capitulo, me tiene enganchado, me atrae mogollon la historia, y tú la montas muy bien.

Una semana sin capitulo???. Ooooooohhhhhhh!.

Pero bueno, feliz navidad.!.
Jooooooooooooooooooooo, que penitaaaaaaaaaaa. :D :D :D :D.

En fin, trataré de superar el trauma de no peder leerte la semana siguiente (no creo que tenga que esforzarme mucho la verdadXD) y via serenarme pa destrol............ esteeeeeee, no, pa criti....... uys, tampoco. ¡¡¡¡Comentar!!!!. Eso, sí, pa COMENTAR tu capítuloXDXDXD.

Uffffff, pos el capítulo ha estado muy bien, cómo siempre. Está bien elaborao, aunque yo sigo encontrandolo un tanto caótico, pero eso es ya una opinión personal, cada uno tiene su forma de escribir. Por lo demás to bien, al fin sabemos lo que hacen las armaduras esas (se nota que sigues con spiderman y que además esta semana has visto la reposición de Terminator 2 ehhhhhhhhhhhhXDXDXDXDXD), y has metío la primera masacre (uy, podría poner matanza pero ya sería mala leche ¿no?XDXD) de la historia. Y me ha gustado bastante las citas referentes a la hija de Thomas, es una buena forma de darle más sentimiento al asunto. Se nota que tos tiramos por los mismos sitios, ya verás porque lo digo.

P.D. No te que jarás ehhhhhhh, 18 líneas de comentario. Si es que por los colegas se hace lo que sea hombreXDXDXDXDXD.
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