¿alguna vez habeis tenido visitantes en casa? Me refiero a esos animalillos que sin permiso se instalan en casa y no hay manera de echarlos. Y no, no son bienvenidos como nuestras queridas mascotas que tan buenos ratos nos hacen pasar.
En mi caso, he tenido unos cuantos hamster, y la verdad es que estoy encantada con esos animalillos. Son dóciles (salvo algún bocao a traición), "lentos" (ya explicaré por qué), y no tienen una fuerza o agilidad paranormal.
¿Por qué digo ésto? Porque hará unos diez días comenzó en mi casa la película "un ratoncito duro de roer".
Resulta que un día vuelvo a casa del curro a la hora de comer y oigo unos ruiditos dentro del mueble donde está el papel para reciclar (
![buenazo [buenazo]](/images/smilies/nuevos/risa_tonta.gif)
). Pregunto a mi novio:
Yo: ¿qué son esos ruidos?
Él: Pues no sé, pero llevo varias mañanas oyéndolos
Yo: Pues aquí hay un animal.
Él: ¿Pero un animal bicho o mamífero? Claro, que un bicho no hace ese ruido.
Abrí el mueble y el ruido dejó de oirse. Al levantar la bolsa del papel, de repente vi una figura marrón y alargada correr entre mis pies para esconderse debajo del frigorífico. ¡¡¡¡ UN RATÓN !!!!
Del salto que dí cuando me quise dar cuenta mi novio se había asustado tanto que tenía una pierna encima de la silla (estaba dispuesto a subirse). ¿miedo a un ratón?
Los días siguientes no le di mucha importancia. Al fin y al cabo era gracioso tener un huésped en casa. Claro, que nos daba miedo que se comiera algún cable. De vez en cuando hasta hacía alguna aparición (de esas fugaces que en cuanto se da cuenta de que le has visto, desaparece). Nos empezamos a plantear atraparlo.
Yo: No, no, veneno no, pobrecito. Yo no quiero matarlo, que me da mucha pena. ¿y no lo podemos coger sin hacerle daño?
Un día lo pillamos en la mesa donde están los ordenadores, así que pensamos en acorralarle. Pusimos un montón de bolsas en los bordes de la mesa para que no pudiera escapar. Cuando empezamos a quitar cosas de la mesa nos dimos cuenta de que ya no estaba. ¿a dónde había ido?
Lo curioso es que empezamos a mirar por la casa y había cacas suyas por toda la casa: dentro de la bañera (ein? ), encima de la mesa de los ordenadores, encima de la lavadora, ¡¡¡¡¡encima del mueble del salón, en todo lo alto!!!!!
Yo: ¡Pero bueno, este ratón es Mc Gyver!
¿Cómo se puede diferenciar tanto un ratón de un Hámster? Recuerdo con cariño a mis mascotas, que sólo podían escalar por la tela. Pues este ratón mamón se metió en la bañera cuando no hay nada que facilite su acceso y encima la pared tiene baldosines de estos escurridizos. ¿Y cómo se había subido a la mesa? ¿había trepado por la pared o había accedido a través de un cable?
Nos pusimos furiosos; todo estaba hecho un asco. Fuimos a una ferretería a preguntar:
Ferretero: Pues hay veneno, trampas y pegamento.
Yo: ¿y qué es lo más eficaz?
Ferretero: Pues el pegamento. Lo pones en un cartón o tablilla y se quedan pegados. Primero se pega uno, luego irán apareciendo más y más.
Otro comprador: Sí, sí, se reproducen muy rápido. Seguro que habrá mas de uno.
¿¿¿Más de uno???
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Pues la verdad es que parecía lógico: había caquitas de diferentes tamaños y la verdad es que había muchas. Pero ¿cómo íbamos a cazar tantos?
Por la tarde pusimos el pegamento en unos cartones y los colocamos en puntos estratégicos. Además colocamos galletita y esas cosas para atraer (y no sólo en el pegamento, si no fuera para ver si pasaban por ahí).
A la mañana siguiente no había caído ningún ratón, pero si te fijabas en el pegamento, se notaba que se habían quedado pegados Y SE HABÍAN CONSEGUIDO SOLTAR, además de llevarse la galleta no pegada. Sí, además de ser Mc Gyver es Sansón
![flipando [flipa]](/images/smilies/nuevos2/flipando.gif)
. A todo esto tengo que añadir que era mi novio el encargado de mirar los cartones porque a mi me daba yuyu encontrarme un ratoncito ahí pegao.
Mi novio dedujo que eran más de uno porque se habían quedado pegados en varios cartones y en el mismo cartón varias veces.
Las horas siguientes fueron de expectación.
Ese mismo día, estábamos jugando en casa a la consola con ^Benten^ y de repente vemos un ratoncito pasar de la mesa de los ordenadores al mueble del salón subido en un cable que iba de un sitio al otro. Intentamos seguirle por el mueble pero del mueble se cayó al suelo. Pues nada, seguimos jugando. Al rato, oímos un ruido, miro en la parte derecha del mueble, y el muy jodío estaba en un estante (bien alto, por cierto) intentando colarse en la bolsa de comida de mi querido Piki (mi perico). Se metió dentro y empecé a gritarle a ^Benten^ como una posesa: "¡¡¡¡¡¡¡Coge la bolsa, coge la bolsa!!!!!!!" La cogió y cerró la boquilla para que el ratoncito no se escapase. Estuvimos dilucidando qué hacer con él:
Benten: Pues podríamos pisarlo o asfixiarlo cerrando la bolsa.
Mi novio: Si apretamos con los dedos, le aplastamos la cabeza, o podemos tirarlo contra algo con fuerza.
Yo:
![loco [mad]](/images/smilies/nuevos/miedo.gif)
No, no, no. No le mateis. ¿por qué no lo soltamos por ahí? No hay necesidad de matarlo.
Ásí que les convencí (además de que ninguno de los dos tenía la suficiente sangre fría) y fuimos a unos jardines a soltarlo.
¡Qué bien! Almenos nos habíamos desprendido de uno. Esa noche, dejamos un trozo de galleta por el suelo a ver si había ratones que se la llevasen. Pues pasaron dos días y nadie reclamó la galleta. Felizmente ese era el único ratón en casa, que se coló por casualidad y decidió hacernos compañía.
Todos los días paso por el jardín donde lo soltamos y me acuerdo de él. Pienso que está por ahí correteando o royendo cualquier cosa.