La desarrolladora de videojuegos Rebecca Heineman ha fallecido tras ser diagnosticada de cáncer el mes pasado. La noticia fue comunicada en Bluesky por su amiga Heidi McDonald, mientras que la última actualización en el GoFundMe de Heineman es un mensaje de despedida en el que explicaba que su salud estaba empeorando rápidamente y que ingresaba en cuidados paliativos. Tenía 62 años. La campaña de GoFundMe seguirá activa para ayudar a su familia con los arreglos finales.
Nacida en 1963, Heineman dejó huella en la industria desde muy joven: en 1980 ganó un torneo nacional de Space Invaders en Nueva York, convirtiéndose en la primera campeona estadounidense reconocida oficialmente de un videojuego. A partir de ahí desarrolló una carrera extensa, apareciendo acreditada en 67 juegos, según MobyGames.
En 1983 fue cofundadora de Interplay, junto a Brian Fargo, Jay Patel y Troy Worrell. El estudio se convirtió en responsable de algunos de los títulos más influyentes del PC, como Wasteland, Fallout y Baldur's Gate. En Interplay, Heineman diseñó y programó numerosos juegos, siendo su trabajo más destacado como diseñadora The Bard’s Tale III: Thief of Fate.
Su antiguo compañero y amigo en Interplay, Brian Fargo, compartió un recuerdo de ella en X. “Rebecca Heineman tristemente falleció”, escribió. “La conozco desde los años ochenta, cuando la llevaba a trabajar. Era una de las programadoras más brillantes. Esta mañana me envió un mensaje que me ha dejado helado: ‘¡Hemos vivido tantas aventuras juntos! Pero, hacia lo desconocido… yo voy primero!!!’”.
En los años noventa y dos mil, Heineman se hizo especialmente reconocida por su labor como programadora de ports, sobre todo en las versiones para Macintosh de Wolfenstein 3D, Baldur's Gate e Icewind Dale. Su hazaña programando en solitario el problemático port de Doom para 3DO en apenas unas semanas se convirtió en una pequeña leyenda de Internet. Digital Foundry y la propia Heineman han contado aquella historia en detalle.