Con esto ganan. No he podido hacer más.
Verano del 2024. Comencé a escribir en youtube, en los chats de los canales "El chiringuito inside" y en las emisiones no oficiales de "el chiringuito".
Me llamaba Rígobert.
Hacía chistes y decía lo que se me ocurría. Cuando ví que los comentaban los propios contertulios en el programa aluciné.
Para finales de verano empiezan a llegar las indirectas:
"Te queremos de becario. Contacta".
Pero yo no lo hacía.
Llegaron a dos conclusiones:
Soy oficialmente esquizofrénico. Una chica y su familia hace años. El padre actuó con una violencia y deshonestidad tan desmedidas, que se resolvió conmigo desacreditado y destruído por la fuerza en las manos de los servicios de salud mental. Tras eso, la familia continuó hostigándome indefinidamente y anunciando mi estigma.
La otra conclusión, una segunda chica, a la que la primera ya se había encargado de ir a buscar en su momento para decirle que era un acosador y esquizofrénico.
Lo tuvieron claro.
La segunda chica se evaporó. Al mismo tiempo, me alertaron desde el programa que Don Javier Tebas estaba enfadado por mis comentarios.
Unos magrebíes me increparon cerca de casa, y un tipo con una libreta comenzó a seguirme a todos lados, ocultándose en sitios como detrás de un buzón, con la cabeza a la vista.
Me pareció una bobada. Pero que podía hacer más que seguirles el juego. Así que escribí: "De miedo nada".
Puff... Desde el propio programa empezaron a tratarme como a un gilipollas integral. Decían que estuviese tranquilo, que iban a proteger a la chica y que me iba a casar con ella. Ponían dobles por el público y me dedicaban canciones de Laura Pausini y así. Fue horrible. Muy humillante. Terrible.
Me sentí fatal.
Lo habían echado a perder. A mí me era problemático contactar, si ya me tenían localizado. Dejó de hacerme ilusión. Me enfadé. Pero era la tele. Seguí escribiendo.
Día de la gala del balón de oro a Rodri. Un grupo de ultras esperaba cerca de la universidad. Desde ellos, hasta mi casa, el camino plagado de publicidad:
"Compro oro al mejor precio. ¡Voy con todo!"
Mensaje recibido. Balón de oro, ve con todo.
Me llevé el chat por delante.
Al día o dos, una declaración de: ¡Emilio Butragueño!: "Parece que tiene dos espinitas clavadas".
¡Carlo Ancelotti en rueda de prensa!, ¡Y Javier Tebas replicándole!: "Para lo que has quedado Carlo..."
Había llamado la atención del Real Madrid.
Entonces...
Comenzaron a decir insistentemente que habían visto a la chica realizar una felación.
Para entonces ya la habían llamado zorra y a mí esquizofrénico bastantes veces.
No quería que siguiesen jugando conmigo. Dejé de escribir. Nos insultaban todos los días. También dejé de verlos.
Les dió igual.
Me fueron deslizando información sobre la vida de la chica:
"Muy fiestera. Viste como prostituta. Boba y simplona. Rodillas peladas de hacer felaciones en el cuarto de baño de la discoteca. Fácil para penetración anal. Le ha comido las babas a sus mil seguidores de instagram. Te la facilitamos, y a muchas otras. Contacta."
No quise. Los ignoré.
Los mensajes sobre lo prostituta que era empezaron a dar la vuelta al mundo, aún hoy continúan.
La lista de canales de televisión (absolutamente todos), radios, podcasts, youtubers, redes sociales, aplicaciones, páginas webs... es interminable.
Fuí dejando de ver cosas para que no me influyera.
Comenzó a pasar en lugares físicos como la peluquería, frutería, supermercados, estanco, veterinaria, hamburguesería... cualquier lugar que visitaba, o por el que pasaba, más de una vez.
En la universidad, alumnos conocidos, y muchos otros nuevos salidos de ningún curso de años anteriores, me humillaban. He suspendido asignaturas dominando los contenidos y haciendo exámenes muy buenos. Y muchas cosas más (muchas, muchas).
Me ofrecen un nuevo trato:
"Sueldo estratosférico. Casa de lujo. Las chicas que quieras, incluída ella. Si no aceptas, la reventaremos sexualmente a base de una legión de figurantes".
Ni caso.
Los clones de la chica comiendo plátanos comenzaron a llover en cascada desde todos los ángulos.
Discapacitados físicos y mentales vestían como yo, imitándome por no aceptar a las chicas que me ponían insinuándose.
Mejor resumo, para que contar.
Cambiaron el discurso:
"Lo ha hecho tan bien con los figurantes que la metemos en agenda".
Contenido sexual sobre la chica comenzó a emboscarme. A veces vídeos reales "publicitarios", a veces representaciones:
"Manguerazos. Ano palpitando. Gárgaras. Un guiñapo en manos de una multitud. Un caballo la penetraba al mismo tiempo que ella le hacía una felación a una rata". Increíble esto último, tuve que hacer captura de pantalla.
Decenas de desconocidos lanzaban comentarios al aire sobre lo estúpido que soy, después de a todo lo que se estaba prestando la chica a sabiendas, que se lo pasaba genial.
Otras veces los mensajes eran positivos:
"Tranquilo, ten esperanza, todo va a salir bien". Con ella reventada, pero duchada y limpia.
Para entonces habían pasado 5 ó 6 meses.
Dejé de usar cualquier aparato electrónico e intenté seguir a lo mío.
Subieron la apuesta.
Vecinos, amigos, familiares... Supongo que les dicen que es una sorpresa y que me va a ir genial, pues de otra manera no accederían.
Vienen, o hacen cosas, llenos de indirectas en la ropa, etc... y parecen querer decirme:
"Tranquilo estúpido pagafantas, te van a juntar con la chica y vas a ser una estrella".
Pero en realidad con lo que va ocurriendo significa:
"Está dejando en ridículo a cualquier actriz porno".
Nueve meses desde que empezó. Me pusieron un banderín de meta a unos metros de casa.
Llegó el verano. Más fáciles de evitar a las afueras pensé.
Probé a ir a un bar. Me cosieron a empujones por la espalda.
Se me nota físicamente el año recluído, quise hacer deporte. Por un barranco desierto. Telenovelas y películas pornográficas se han puesto de moda por los caminos de piedras. Figurantes y perros se lo pasan en grande. Me tienen en un estado de forma lamentable.
En casa intento estar simpático, pero es la casa de los horrores. Mi familia me ve, sin querer ver la tele, ni nada, e intentando no hacer nada, y es una olla a presión a punto de estallar constantemente. Recordemos que tengo una esquizofrenia más falsa que una moneda de chocolate y se me trata como a tal. Y eso que no he dicho ni una palabra.
Los mensajes tan originales como: "En este festival de verano la puerca se va a poner las botas", aparecen en los lugares más insospechados. Incluso la vecina me enfocó un chorrazo de agua a la cara con la manguera al pasar por su puerta.
Es un no parar. Van miles, miles.
Pues no es suficiente, han pensado.
Ahora también música hasta las 4 ó las 5 de la madrugada. No es diario, pero frecuente.
"Dame más gasolina. Por la raja de tu falda. Dale que dale". Y todo tipo de reguetoneo asombroso.
No puedo realizar ninguna actividad, ni ir a ningún sitio, ni usar ningún tipo de aparato electrónico, ni hacer nada dentro de casa sin su correspondiente chiste personalizado al día siguiente, ni relacionarme con nadie, ni hablar de ello. Ni ahora tampoco, dormir.
Básicamente soy su prisionero.
Desde el principio sabía que su plan era que yo me expusiese a mí mismo. Hacerme vulnerable. Y que expusiese a la chica, sin ella no hay de este podrido relato.
11 meses.
A la fuerza. No me quedan opciones. Ha sido por la fuerza.
Esto que voy a decir ahora aplica tanto a la chica, como a ellos:
No quería ser el de toda esa mugre, ni la de antes, ni la de ahora. Tampoco ser el payaso ardiendo pasando por el aro (el chiste es de ellos, gracias.)
Simplemente hacer un reset en algún momento.
Pues no, payaso ardiendo.
Esto son Florentino Pérez, A3media y Josep Pedrerol.