Por cuestiones logísticas tuve que llevar parte de mi colección de Mega Drive a casa de mis padres, que viven unos 1000 kilómetros al sur de donde yo vivo. Viven en costa, en Cádiz.
Metí cada juego en las típicas fundas de plástico flexible (PVC?), y entre la caja del juego y la funda (es decir, dentro de la funda pero fuera del juego), dejaba caer una bolsita de gel de sílice.
Llevan allí ya unos 3 años. Si voy por allí este verano, quiero echarles un ojo a ver qué tal el experimento. Ya os contaré.