Interesante hilo. Al contrario que los compañeros, los cuales al parecer han sido y son siempre puntuales cual reloj suizo, yo voy a aportar el punto de vista del contrario: el impuntual. Porque sí, yo fui durante gran parte de mi vida el impuntual. Mis amigos a día de hoy aún me bromean con ello, y sueltan las coñas de que quedamos a X hora delante mío y siempre dicen "para tí es media hora antes". No me molesta especialmente ya que la fama la tengo merecida y además son bromas ligeras que se olvidan en el mismo instante.
La cosa es que los motivos para serlo pueden ser muchos y depende de la edad de la persona y sus circunstancias. Yo no logré ser puntual hasta ser adulto y, aunque suene a la excusa de "la profe me tiene manía" en mi caso lo digo sin tapujos: mi impuntualidad se debía a la falta de consideración (y respeto) de mi familia hacia mi tiempo y el de mis amistades. Me explico.
En mi casa mientras crecía me provocaron el
síndrome del hijo mediano al ser el segundo de tres hermanos. Como estaba en medio no tenía nada en especial: el mayor es el mayor, el futuro "hombre de la casa" y el menor, o en mi caso, LA menor, es la niña de la casa, la que merece los mimos y atenciones. Así pues yo estaba en tierra de nadie sin el respeto del mayor ni el mimo del pequeño. Me podría extender aquí pero no viene al caso.
Esto, aunque no lo creáis, se trasladaba a mi gestión del tiempo. Yo quedaba con los amigos a X hora, supongamos, las 5 de la tarde. Aviso con tiempo, digo durante la comida y después que quedé a las 5. Todos me asienten y tal y parece que no pasa nada, pero siempre, SIEMPRE, me empiezo a preparar o vestir a las 4 y media y enseguida llegaban mis padres y hermanos a decirme "¿Ya te vas? Pero si te íbamos a decir que fueras al super un momento a comprar X cosa que hace falta", o cosas del estilo. Siempre tenía que hacer un favor, un recado, una ayuda, ALGO, justo cuando voy a salir. ¿Y qué sucedía cuando me quejaba y decía que me estaban esperando? Pues se despreciaba mi tiempo y el de mis amigos diciendo "¿Y qué más da? Ni que fueras a hacer algo importante" "Si sólo vas a jugar, qué más les da esperarte un poco" y cosas del estilo. Para ellos todos sus asuntos o recados eran de importancia máxima y siempre más importantes que cualquier cosa que tuviera que hacer yo. Y por supuesto mis amigos, que se jodan y esperen.
Fui así durante más de la mitad de mi vida (hasta los 23 años al menos) hasta que acabé yéndome a vivir fuera y luego 2 años después con mi actual pareja. Ahora cuando la familia me pide ayuda o recado para algo siempre pongo por delante mis planes. Alguna vez me lo han reprochado hasta que les cuento lo que acabo de escribir aquí arriba y se callan la boca. Sobra decir que ahora mismo cuando quedo con mis amigos, que por suerte sigo conservando, me presento siempre a la hora acordada.
Yo os lo digo porque en mi vida conocí a otro chico que le pasó exactamente lo mismo que a mí con sus padres y hermanos; no creo por tanto que yo sea un caso raro de ver. A veces detrás de un impuntual no siempre hay un irresponsable que no valora vuestro tiempo, sino una persona cuyo entorno es el que no respeta vuestro tiempo.
Un saludo!