Se llama no tener empatía. Es muy fácil caer en el "soy especial, diferente de los demás, algo único" cuando la realidad es que somos como todo el mundo. 
Pero no me sorprende nada. La gente no piensa, no es capaz de estar a solas con sus pensamientos. 
Haz un experimento, ponte a contar cuanta gente no está con en móvil mientras viaja en transporte publico. 
Muchos van a ver su vida pasar a través de una pantalla de móvil... Viven en una burbuja, no miran alrededor, si alguien tiene un problema. No se piden las cosas por favor, ni se tiene educación, se hace mucho ruido, se pone música sin cascos, no se para a pensar si estás molestando a alguien...
Nos creemos que somos merecedores de todo, que lo merecemos porque somos especiales, pero no agradecemos lo más básico. Soñamos con grandes viajes, aventuras, adrenalina, culturas exóticas y gentes de otros países.
¿Pero sabes lo que no hace mucha gente? Dar las GRACIAS, las gracias por tener un techo donde caerte muerto, donde poder comer, tener agua caliente y un sitio seguro donde poder dormir todos los días. 
¿Y sabemos porqué no se hace? Porque hemos llegado a un punto que damos por hecho que nos pertenece, que es un derecho inherente del ser humano "vivir bien". Estamos al borde del limite, vivimos en un momento que una guerra en Europa se puede convertir en al 3ra guerra mundial, que el cambio climático puede hacer que nuestra forma de vida cambie en cualquier momento... Y si llegamos a verlo, ahí es cuando nos vamos a dar cuenta de lo gilipollas que somos en el día a día. En lo desagradecidos y egoístas que somos todos, y valoraremos lo que de verdad importa, tener las necesidades cubiertas, salud y compañía.
Yo no soy un modelo de nada, pero te puedo asegurar que es lo que más valoro todos los días. Tener mis necesidades cubiertas, techo, salud y compañía. Todo lo demás es un extra. Si nos parasemos todos a pensar un poquito más las cosas y no a evadir la realidad en redes, embobados con el móvil o con cualquier cosa seguramente tendríamos un poquito más de empatía y no irían las cosas como van.
Pero bueno somos españoles, expertos en quejarnos desde el sofá y no levantarnos más que para mear. La sociedad muerta del conformismo. Un par de manifestaciones cuando algo pasa y en unos días a dormir a pierna suelta que los problemas de ayer se olvida rápido.