GXY escribió:renuente escribió:Pablo Iglesias se pregunta sobre el papel de la monarquía: "¿Qué representa el rey?"
Iglesias apela en un curso de verano de El Escorial a "los valores republicanos" para resolver la corrupción, la quiebra del modelo social y el desafío soberanista
el tema es que todo esto para conseguirse no requiere desmontar la monarquia. lo que si requiere es desmontar el esquema de gobierno de españa que tenemos desde gonzalez que se basa unica y exclusivamente en darle todo el poder y los beneficios a las "elites" (a la alta clase politica misma, a las altas clases empresariales y a los capitales) quitandoselo todo a las clases medias y bajas (la mayoria de ciudadania y trabajadores).
quiero decir, que el discurso esta muy bien, e incluso no discuto lo de la "perspectiva republicana", pero es que esto se puede realizar igual sin desmontar la monarquia existente (si renuente, ya conozco tu opinion de que el problema empieza precisamente en la monarquia y que arrasandola automagicamente veremos beneficios derivados de ello. yo no lo creo, y menos por consecuencia directa).
en este sentido, como he dicho varias veces, creo que es necesario un debate calmado sobre el modelo de nacion, y llevar las propuestas a un referendum a la ciudadania, y que sea la ciudadania la que elija si quiere un estado republicano o monarquico, centralizado o federado/confederado.
pero imponer un modelo no, y menos en plan revancha. para eso prefiero quedarme como estoy. que en mi opinion la mayoria de los problemas no vienen por el modelo intrinseco, sino por una mala ejecucion de los medios disponibles.
No sé en qué momento he hablado yo de imponer nada, en ningún momento creo haber puesto en cuestión la democracia. Es el estado el que se niega a someter a referendum ciertos temas, luego serán otros (generalmente los más conservadores), los más cómodos con las formas de imposición y autoritarismo.
El esquema como tú lo llamas no funciona desde Gonzalez, sino que se remonta al siglo XIX con cortísimos intentos de avance que son aplastados siempre por los mismos; familias que componen la élite empresarial y financiera de este país; no quieren una sociedad culta, desarrollada ni emancipada, ya que les interesa justo todo lo contrario para mantener su posición de dominio. Su aportación es bien escasa ya que la fuente de su riqueza históricamente no se ha basado en la innovación sino en el control del gobierno y la parasitación de la sociedad. Son dueños de los grandes medios de comunicación y las televisiones desde las cuales intoxican, manipulan, y son especialmente determinantes cuando se aproximan los procesos electorales.
La Iglesia Católica: Apoyaron el golpe de estado contra la República bendiciéndolo como una cruzada, hoy día no tienen ni por asomo el control sobre la sociedad que tenían, pero siguen disfrutando de una financiación brutal y lo peor, la portavocía que el estado les proporciona para seguir difundiendo su mensaje ultra, siempre en consonancia con las posiciones de poder más conservadoras tanto social como política, muchos sacerdotes no se cortan un pelo. Comprobado en la iglesia de mi barrio.
El ejercito, es la pata que más poder ha perdido en los últimos años, pero la realidad es que apenas ha cambiado, sigue copado por una mayoría de familias franquistas y sigue sometido a sus propios tribunales, en definitva, la democracia aún no ha llegado a entrar en el mismo en muchos sentidos. Su impronta nacional-católica sigue en gran parte inalterable.
La monarquía; es el tapón o el escudo protector de los tres elementos anteriores; el factor "distancia monárquica" funciona a la perfección haciendo que la sociedad perciba las instituciones como algo lejano y elitista, sólo al alcance de líderes y personalidades extraordinarias. Desde el punto de vista ideológico es una maquina de propaganda conservadora, desde el punto de vista sociológico representa la máxima aspiración burguesa, mostrando su elitismo y clasismo como el modelo a seguir para los ciudadanos, lo cual potencia el individualismo, dividiendo a la sociedad con el consiguiente debilitamiento frente al poder establecido.