Hoy le he escuchado esta frase a Iñaki Gabilondo en su videoblog de actualidad. Le cito porque básicamente es lo que venía a decir yo para debatir en este hilo.
"Europa está viviendo momentos decisivos en el filo de la navaja. Desde este domingo hasta la primavera, citas electorales de gran trascendencia. Este domingo en Italia y en Austria.
En Italia se vota el referendum para la reforma constitucional. Renzi dice que si pierde el referendum se marcha, y es probable que pierda ya que toda la oposición está en contra. ¿Y quién gana si Renzi se va? Los sondeos dicen que gana el populismo del partido de Beppe Grillo.
Y en Austria, este domingo también, se repiten las elecciones presidenciales que se anularon después del empate entre el candidato de los verdes y el candidato xenófobo, que es el favorito de la encuestas.
Así que si después de lo que ha ocurrido en Reino Unido con el Brexit, si este domingo pierde Renzi en Italia, si este domingo gana en Austria la extrema derecha, si en febrero en las elecciones de Holanda gana el gran favorito que es también de la extrema derecha y en abril en las elecciones en Francia gana Marine Le Pen pues ya podremos haber dicho adiós a toda la arquitectura ideológica que nos viene acompañando desde el final de la Segunda Guerra Mundial y estaríamos abriendo definitivamente un nuevo capítulo en Europa.
Aunque es cierto que con la victoria de Donald Trump y con el agigantamiento de Rusia ese nuevo tiempo ha comenzado ya en el mundo."
Como noticia de última hora añadir que el presidente francés, el socialista Hollande, acaba de anunciar que no se presenta a la reelección. Aunque se daba por hecho en los sondeos que su partido no pasaría a la segunda vuelta. El gran favorito en los sondeos es el Frente Nacional de Marine Le Pen.
Pero como en Francia hay sistema de segunda vuelta es casi imposible que Le Pen pueda gobernar ya que todos los votantes de los demás partidos se unirán para votar al otro candidato de la segunda vuelta, que seguramente será el candidato del centro-derecha, François Fillon, que dejó atrás en las primarias de su partido al expresidente Sarkozy.
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